Jueves 1º de agosto de 2019, p. 27
Belfast. El primer ministro británico, Boris Johnson, se reunió ayer con los jefes de los principales partidos políticos de Irlanda del Norte para tratar de calmar las preocupaciones sobre el futuro de la frontera irlandesa en caso de un Brexit sin acuerdo.
Cuando la salida de la Unión Europea (UE) se haga efectiva, los 500 kilómetros que separan Irlanda del Norte de la República de Irlanda (miembro del bloque), se convertirán en la única frontera terrestre entre el grupo comunitario y Reino Unido. Los temores, en ambas partes, se deben a la posible vuelta de una frontera física.
En sus encuentros más recientes con los líderes políticos locales, Johnson reafirmó que en ningún caso habría controles físicos o de infraestructuras en la frontera
, indicó Downing Street.
Y ello, ni siquiera en caso de un Brexit sin acuerdo y, por tanto, sin la salvaguarda irlandesa
prevista en el acuerdo de retirada concluido entre Bruselas y la ex primera ministra Theresa May.
Para Johnson, la salvaguarda irlandesa está muerta
, por lo que quiere renegociar el acuerdo de salida sin este dispositivo, algo que la UE excluye. Si no lo logra, dice que su país saldrá del bloque el 31 de octubre, con o sin acuerdo.
Tras haber reiterado que esperaba un gesto de la UE, el dirigente conservador envió el miércoles a David Frost a Bruselas para solicitar en persona
la abolición de la salvaguarda irlandesa, según un portavoz.
Este mecanismo es un dispositivo para asegurar que no se vuelva a imponer una frontera física en territorio irlandés.
Al concretarse el Brexit se crearía un territorio aduanero único
que incluiría a la UE y a Reino Unido, e Irlanda del Norte se mantendría en línea con una serie de reglas del mercado único europeo, como las normas sanitarias y los controles veterinarios.
La UE rechaza fijar una fecha límite pero el mecanismo, en principio, sólo debería entrar en vigor de manera temporal y como último recurso, hasta que las dos partes encuentren otra solución.
Este es uno de los principales puntos de discordia del Brexit.