Saltillo, Coah., Creer que el flujo migratorio de Centroamérica a Estados Unidos se reducirá con la entrega de financiamiento económico por parte del gobierno mexicano a habitantes de esa región es bastante ingenuo, porque en este momento más que una migración económica, tenemos un desplazamiento forzado, consideró Alberto Xicoténcatl Carrasco, director de la Casa del Migrante de Saltillo Frontera con Justicia.

Sostuvo que al menos en el albergue que dirige, 95 por ciento de los centroamericanos que hacen escala a su paso rumbo al norte salieron de sus países de origen por inseguridad, amenazas del crimen organizado y otras situaciones que arriesgaban sus vidas, no sólo por falta de recursos económicos.

Por ello cuestionó la decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador de entregar 30 millones de dólares al gobierno de El Salvador y prometer una cantidad similar al de Honduras para financiar programas de asistencia social, en un intento por detener la salida de centroamericanos hacia México y Estados Unidos. Ningún apoyo es menor, todos los apoyos son importantes; sin embargo, pensar que el flujo migratorio se detiene o se debe a un tema meramente económico es tener muy poca idea de lo que en realidad está pasando en esos países, planteó.

Xicoténcatl Carrasco, quien este mes confrontó a policías federales, militares y municipales que en dos momentos distintos intentaron irrumpir en el albergue que dirige para revisar la situación migratoria de los centroamericanos, aseguró que el miedo, no tanto la necesidad económica, mueve a la mayoría de los desplazados de Centroamérica.

Son más de 400 mil personas que ingresan cada año por la frontera sur a México, la salida de miles de personas no únicamente es un tema económico, es un tema de falta de procuración de justicia, de falta de democracia, de oportunidades, desarrollo, seguridad. No es un tema meramente económico, indicó.

Hablando directamente de los que transitan por la Casa del Migrante de Saltillo, más de 95 por ciento serían sujetos de protección internacional, pero muy pocos deciden ejercer ese derecho. Sin embargo, al momento de hacer las entrevistas, nos damos cuenta de que casi todos ellos podrían ser sujetos de protección internacional, expuso.

Podemos ser un botón de muestra y dialogando con (directores de) otros albergues, coinciden en esta apreciación. Entonces, en este momento más que una migración económica, tenemos un desplazamiento forzado, aseguró.