Lunes 22 de julio de 2019, p. 5
Portrush, Irlanda Del Norte. Shane Lowry logró que los 68 años que separaron al Abierto Británico de Irlanda del Norte valieran la espera. El Claret Jug plateado se quedó en la Isla Esmeralda.
Lowry, el irlandés de 32 años con nervios de acero y el toque suave sobre los greens, soportó el peor clima de la semana y la presión de una multitud que lo apoyó para ganar el Abierto Británico por seis golpes en el Royal Portrush. Incluso cuando la lluvia se detuvo, las lágrimas comenzaron a fluir.
Su victoria nunca estuvo realmente en duda. Firmó una tarjeta de 72 golpes, uno arriba de par, en la primera vez desde 1996 que el ganador estuvo sobre el par de campo en la ronda final, y no fue menos impresionante. Más difícil que la lluvia fue el fuerte viento. Lowry comenzó a hacer bogeys a la mitad de la última ronda sin perder terreno. Nadie de los últimos 12 grupos pudo quedar por debajo del par de campo.
Y nadie se acercó a menos de tres golpes en todo el día de Lowry, quien finalizó con 269 impactos, 15 bajo par.
Los miles de aficionados que colmaron las galerías del Atlántico Norte comenzaron a celebrar cuando Lowry, luego del cuarto bogey en siete hoyos, consiguió un birdie de 2.4 metros en el decimoquinto hoyo para ampliar su ventaja a seis golpes con tres hoyos por jugar.
La sonrisa de Lowry se hizo más amplia con cada hoyo que completaba. Cuando su tiro de acercamiento al 18 quedó justo en la periferia, abrió los brazos, abrazando al caddie Bo Martin. La ovación más ruidosa de la semana fue para el golpe con el que hizo el par del hoyo y que convirtió a Lowry en campeón de un major.
No puedo creer que estoy parado aquí
, dijo Lowry mientras acunaba en sus brazos el trofeo más antiguo del golf. No puedo creer que esto es mío
.
La última vez que el Royal Portrush albergó el Abierto Británico fue en 1951, la única ocasión en que se había jugado fuera de Escocia e Inglaterra.