os días 10 y 11 de abril del año en curso se llevó a cabo el Encuentro cultural y académico para fortalecer la lengua materna náhuatl, en la comunidad de San Miguel Totolapa, en el municipio de Huamuxtitlán, Guerrero.
Todas las escuelas que participaron en este acto son bilingües (castellano y náhuatl), pues aún se enseña y se practica nuestra lengua, el náhuatl; que, sin embargo, con el paso del tiempo, se ha ido perdiendo en algunas de las comunidades por la discriminación y por el abandono de los gobiernos que, hasta el día de hoy, no han podido dar una educación de calidad a los pueblos indígenas.
Ante esta situación, y con el compromiso de rescatar nuestra lengua, con ayuda de las madres y padres, de los profesores, autoridades educativas y de las y los alumnos de educación básica, se decidió realizar dicho encuentro, para rescatar la lengua náhuatl y poner en viva voz las poesías y cantos inéditos de los pueblos olvidados de la Montaña.
En este acto participó la pequeña comunidad de donde provengo, San Martín Jolalpan, con alrededor de 500 habitantes, y situada en la región de la Montaña Alta de Guerrero.
Las otras comunidades que acudieron a participar todavía preservan nuestra lengua náhuatl; sin embargo, han sido olvidadas, pues las escuelas carecen de materiales educativos adecuados en la lengua, su infraestructura está en deterioro, los recursos tecnológicos ni siquiera se conocen en algunas partes y el rezago educativo es impresionante, por las condiciones de pobreza y falta de empleo.
Los padres y las madres hacen su mayor esfuerzo por mandar a sus hijos a la escuela, pero éstos deben ayudarles en el trabajo en el campo y los quehaceres
del hogar, por lo que muchos no acaban la secundaria y uno que otro sólo alcanza a terminar la preparatoria.
Fueron 12 las comunidades que asistieron al evento, 10 de ellas pertenecientes al municipio de Cualác: San Martín Jolalpan, Tepozcotzingo, Tlalapa, Ahuexitlán, Coatlacco, Nuevo Paraíso, Tlalixtláhuac, Cuahulote, Aguaxotla y Los Pinos. También se contó con la participación de la comunidad anfitriona, San Miguel Totolapa, y de la comunidad de Coyahualco, ambas del municipio de Huamuxtitlán.
A dicho acto asistieron alrededor de 300 estudiantes de primaria y 50 profesores de las escuelas primarias de la zona escolar 09. Se llevaron a cabo diversas actividades, una de las más importantes fue la prueba escrita en sus tres niveles de educación básica. También se recitaron poemas y cantos inéditos en náhuatl, creados por los propios alumnos, padres de familia y profesores; y para cerrar se ejecutaron los mandos de la escolta y se cantó el Himno a Guerrero, en nuestra lengua. Asimismo, se presenciaron actividades de habilidades matemáticas, como ajedrez y torre de hanoi.
Para la realización de estos actos se contó con el apoyo de los padres de familia, quienes proporcionaron alimentación para todas y todos los participantes. La comunidad proporcionó las cobijas y los petates para que las madres y padres que acompañaban a sus hijos pudieran descansar en los salones de clases de la escuela anfitriona.
La Universidad Iberoamericana proporcionó útiles escolares para apoyar a todas y todos los participantes, como un estímulo por poner en práctica y rescatar el náhuatl, una de las lenguas más emblemáticas y con más hablantes en el país.
Las autoridades brillaron por su ausencia, como es costumbre, pues como no hay elecciones no quisieron apoyar a esta causa; sin embargo, con el apoyo de la comunidad se lograron solventar los gastos del acto. El encuentro logró que se hermanaran las escuelas y promovió la inclusión, que tanto pregonan de palabra las autoridades educativas de los tres niveles de gobierno.
En Guerrero existen muy pocas oportunidades. Si eres luchador social, es probable que te encarcelen, asesinen, desaparezcan o te compre el gobierno. Si eres estudiante, las posibilidades son que te desaparezcan, te unas al crimen organizado, migres a Estados Unidos o entres a estudiar a la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa. Por ello estoy convencido que la educación es importante, sobre todo para los pueblos indígenas, y porque tenemos derecho a no ser discriminados, a que no se roben nuestra lengua, nuestras costumbres y tradiciones.
Lamentablemente, en este país ser indígena representa estar en constante lucha por defender nuestros derechos, como a la salud, la alimentación, la vivienda, el territorio, la seguridad, por nuestros alimentos, y, sobre todo, a nuestra dignidad. Y digo lamentablemente, porque considero que no tendría por qué ser así; porque todas y todos debemos ser tomadas y tomados en cuenta, respetando la dignidad de los pueblos y sus diversas culturas.
* Egresado de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa y estudiante de la Licenciatura en Sicología en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México