Jueves 18 de julio de 2019, p. 23
No hay riesgo de que se afecte o reduzca la producción agroalimentaria del país por el retraso o la falta de apoyos gubernamentales para los productores, ya que no viven de ellos, tienen sus tierras, no van a detener la producción y seguirán trabajando
, aseveró Juan Carlos Anaya, presidente del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).
Aunque el gobierno federal lleva más de siete meses en funciones y se ha retrasado la dispersión de recursos de varios programas para el campo, sostuvo que la producción y exportación de varios cultivos sigue creciendo e incluso se prevé que este año se alcance una cosecha récord de maíz.
Sin embargo, el especialista lamentó que las protestas y bloqueos de productores de granos básicos, frutas y hortalizas que estallaron este miércoles en varias carreteras del país, evidencien que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador olvida la diversidad del sector agropecuario y sólo privilegie la entrega de apoyos directos a los campesinos o pequeños productores.
Es loable que atienda a los productores más necesitados, pero el gobierno está obligado a atender a todos y no puede dejar de ver y atender los reclamos de los medianos y grandes productores que están haciendo crecer al sector agropecuario a tasas de 4 por ciento, y que han logrado convertir a México en el décimo productor y exportador de alimentos a escala mundial, con una balanza superávitaria. Sin dejar de reconocer que hay pobreza en el campo, también se debe tener una visión global del sector porque tenemos productores de clase mundial que exportan sus productos compitiendo con los de otros países.
Uno de los compromisos del Presidente desde su campaña, dijo, fue aumentar la seguridad y autosuficiencia alimentaria del país y para ello se requieren programas productivos, pero a éstos sólo se destinó 22 por ciento del presupuesto para el sector.
Los programas prioritarios para el campo son asistencialistas, concentran 52 por ciento del presupuesto y pretenden atender a 2 millones de pequeños productores. Entregarles dinero directamente sólo servirá como paliativo para incrementar temporalmente sus ingresos y consumo, pero no la producción agropecuaria.