Sábado 13 de julio de 2019, p. 29
La declaratoria de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) para incluir a las islas y áreas naturales protegidas del golfo de California en el mar de Cortés en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro, decretado el pasado 3 de julio, no debe verse como un castigo, hay muchos casos en donde los Estados necesitan el apoyo de la comunidad internacional, porque los problemas que enfrentan no son sólo domésticos
, aseguró Frédéric Vacheron, representante de la oficina de la Unesco en México.
En entrevista, previo a la firma de convenios de colaboración con la Asociación Nacional de Ciudades Mexicanas del Patrimonio Mundial, destacó que México lo que quiere, con este mensaje, es decir, necesitamos el apoyo de la comunidad internacional, trabajar más la cooperación. Hay un enorme reconocimiento de que hay un problema que no se puede resolver solo, porque ahora son asuntos intercontectados, sobre todo en sitios a orillas del mar, como la contaminación o la lucha contra la corrupción
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Vacheron, quien también destacó que la oficina de la Unesco en México trabaja de cerca con el gobierno federal para analizar el proyecto del Tren Maya, el cual pasará cerca de diversos sitios clasificados como Patrimonio de la Humanidad y de Rerservas de la Biósfera, indicó que las ciudades Patrimonio de la Humanidad, también están en una reflexión, pues se evolucionó del concepto de conservación a uno más complejo que incluye el impacto de los centros históricos en la lucha contra otros factores como la inseguridad, la inequidad, la falta de perspectiva de género.
Previo a participar en la Segunda Sesión Ordinaria de la Asociación de Ciudades Mexicanas del Patrimonio Mundial, destacó que las urbes son fundamentales, pues ahí vive más de 60 por ciento de la población, y continuará incrementándose, por lo que resulta relevante apoyar su desarrollo sostenible.
A veces creemos, dijo, el que Patrimonio Histórico es sólo un factor estético, y no, es una cuestión social, de identidad e inclusión. Ya no se define de manera monumental, sino con una visión más antropológica, donde la comunidad ha tomado mucha importancia, porque las ciudades históricas han tenido que enfrentar no sólo el tema de conservación de sus edificios, sino cómo contribuyen a que existan mayor seguridad, que sus habitantes se sientan mejor, o que no se presente la gentrificación, este fenómeno de expulsión de los habitantes originarios de los centros históricos
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