Gibraltar. El petrolero iraní Grace 1, interceptado la semana pasada frente a las costas de este territorio británico en la punta sur de España, contenía 2.1 millones de barriles de crudo, su capacidad máxima, indicó ayer el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, al tiempo que Reino Unido desplegó el buque de guerra HMS Duncan en el Golfo, ante las crecientes tensiones con la república islámica.

El superpetrolero, de 330 metros de eslora, fue interceptada el pasado 4 de julio por la policía y los servicios aduaneros de Gibraltar, asistidos por un destacamento de marinos británicos. Las autoridades sospechan que el crudo se transportaba hacia Siria, lo que violaría de las sanciones aplicadas por la Unión Europea contra el gobierno del presidente sirio, Bashar al Assad.

Ante el parlamento, Picardo aclaró: No permitiremos que Gibraltar sea utilizado o sea cómplice de violar sanciones europeas o internacionales. El caso está ahora en manos de la Corte Suprema. La máxima autoridad judicial y la fiscalía general ya autorizaron la retención del navío durante 14 días, hasta el 19 de julio, y podría prolongarla nuevamente hasta los 90 días.

En tanto, el capitán y los tres oficiales del petrolero fueron liberados bajo fianza y sin cargos, aunque la investigación del Grace 1 continuará, anunció la policía local. Los tripulantes del petrolero, en su mayoría indios, aunque también hay paquistaníes y ucranianos, ya fueron interrogados en instalaciones de la Policía Real.

El vocero de la cancillería iraní, Abbas Mousavi, exigió a Gran Bretaña devolver el buque petrolero y la acusó de incurrir en un juego peligroso. En entrevista con la agencia estatal de noticias IRNA, aseguró que los pretextos legales para la captura no son válidos. Soltar al buque es algo que sirve a los intereses de todos los países.

Ante las tensiones generadas, el gobierno británico anunció el despliegue del HMS Duncan, un destructor tipo 45, que navegará hacia el Golfo en los próximos días para relevar la fragata HMS Montrose y operar junto a aliados estadunidenses, aunque no será parte de una coalición marítima internacional propuesta por Estados Unidos para garantizar la seguridad en la región.