Sábado 13 de julio de 2019, p. 20
Nueva Orleáns. La tormenta tropical Barry comenzó a sentirse ayer con el potencial de generar uno de los mayores precipitaciones en la historia de Luisiana, un diluvio épico que probaría si Nueva Orleáns aprendió las lecciones que dejó el huracán Katrina en 2005 y que dejó más de mil 800 muertos.
El meteoro está fortaleciéndose constantemente y se prevé que toque tierra el sábado en la madrugada cerca de Morgan City convertido en el primer huracán de la temporada del Atlántico, por lo que las autoridades se apresuraron a cerrar las compuertas contra inundaciones y elevar las barreras alrededor de la zona metropolitana, donde viven 1.3 millones de personas.
Cerca de 3 mil elementos de la Guardia Nacional, así como otros equipos de rescate, fueron emplazados alrededor de Luisiana con botes, vehículos especializados para inundaciones y helicópteros. Se preparó agua potable. Cuadrillas para reparaciones de servicios públicos y camiones de rescate se colocaron en sus posiciones en la región.
“La tormenta tropical Barry es peligrosa y potencialmente letal”, dijo Benjamin Schott, del Servicio Nacional de Meteorología, en una conferencia de prensa. Podrían ocurrir graves inundaciones, en niveles récord
. A los residentes se les ordenó evacuar algunas zonas, pero el alcalde de Nueva Orleáns dijo que no se habían emitido órdenes de desalojo de áreas bajas de la ciudad, cuyas defensas para inundaciones fueron reforzadas tras el impacto devastador del huracán Katrina en 2005.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró el estado de emergencia para Luisina la tarde del jueves, horas después de que 60 por ciento de la producción de crudo de la región fue suspendida y las compañías evacuaron a trabajadores de las plataformas en la costa.
Aunque no se ordenaron evacuaciones en Nueva Orleáns, muchos habitantes colocaron costales de arena en sus viviendas o, en el caso de las áreas bajas y expuestas a lo largo de la costa, empacaron y se fueron. Los turistas atestaron el aeropuerto municipal con la esperanza de poder salir de la ciudad antes de que arribe la tormenta.
Esto está ocurriendo... el tiempo que usted tiene para prepararse está disminuyendo
, advirtió Ken Graham, director del Centro Nacional de Huracanes. Es poderoso. Está fortaleciéndose. Y el agua será un gran problema
.
Los meteorólogos dijeron que Barry, que se desplaza con lentitud, podría arrojar de 25 a 50 centímetros de lluvia hasta el domingo a lo largo de una franja de Luisiana que incluye a Nueva Orleáns y Baton Rouge, así como el sur de Mississippi. Ciertas partes de Luisiana recibirán 63 centímetros.
La parte externa de la tormenta azotó al estado con lluvia la mayor parte del día, y algunos caminos bajos cerca de la costa ya estaban cubiertos de agua el viernes por la mañana por la marejada empujada desde el Golfo de México.
Se prevé que el meteoro llegue como un huracán débil, apenas por encima del umbral de 119 kilómetros por hora en la velocidad del viento. Pero las autoridades le advirtieron a la gente que no se confíe por ello.