Preocupan aranceles, T-MEC y la calificación de Pemex
Influye la falta de inversión y el poco dinamismo del consumo
Viernes 12 de julio de 2019, p. 19
Integrantes de la junta de gobierno del Banco de México (BdeM) reconocieron que la economía mexicana ha mostrado una desaceleración superior a la prevista durante el primer y segundo trimestres, ante la perdida de dinamismo del consumo y la falta de inversión atribuida en gran parte a la incertidumbre tanto de factores internos como globales.
Uno de los cinco miembros de la junta comentó que las tasas de crecimiento de los dos últimos trimestres
y los resultados de los indicadores oportunos del desempeño de la actividad ya sugieren la posibilidad de una ligera recesión
, lo que el resto no compartió.
La mayoría afirmó que la evolución reciente de la economía ha provocado un deterioro de las perspectivas de crecimiento y consideró que para este año podría ser inferior a lo esperado.
Como principales riesgos que amplian el sesgo bajista para el crecimiento, se mencionaron las posibles dificultades en la ratificación del T-MEC en Estados Unidos y Canadá, nuevas amenazas de Trump de imponer aranceles a productos mexicanos, la eventual reducción adicional en la calificación crediticia soberana y de Pemex, así como en la de CFE o una disminución en los ingresos públicos.
Con relación a la inflación, todos los miembros coincidieron en que ha disminuido por una importante reducción del componente no subyacente (explicado por menores incrementos en los precios de los energéticos), en tanto que la mayoría notó que la inflación subyacente continúa siendo elevada (resultado de un aumento en los precios de los servicios, alimentos y de los ajustes salariales).
Señalaron que las expectativas de inflación se han mantenido por arriba de 3 por ciento, aunque se espera que muestren una tendencia a la baja en los próximos meses.
Como riesgos para la inflación, la mayoría consideró la posibilidad de que la cotización del peso se vea presionada por factores internos y externos, aranceles, la ratificación del T- MEC, un posible aumento de medidas proteccionistas a escala global, un deterioro de las finanzas públicas, así como las revisiones salariales que podrían presionar al precio de los servicios, por lo que el balance de los riesgos para la inflación es incierto.
Gerardo Esquivel votó a favor de disminuir el objetivo de la tasa de referencia en 25 puntos base, a 8 por ciento, al argumentar que la inflación ha tenido un comportamiento mejor a lo anticipado en los informes trimestrales anteriores, por lo que se encuentra en una trayectoria de convergencia hacia la meta del Banco de México.
Uno de los miembros de la junta detalló que factores de riesgo idiosincráticos han aumentado la incertidumbre sobre las perspectivas de crecimiento de las economías desarrolladas y emergentes y que en algunas de ellas, como la mexicana, han obstaculizado la inversión.
Entorno mundial adverso
En la minuta número 68 de la reunión de la junta de gobierno, con motivo de la decisión de política monetaria anunciada el 27 de junio de 2019, otro integrante agregó que las expectativas de crecimiento de los analistas encuestados por el BdeM han disminuido hasta ubicarse en 1.35 por ciento en mayo, y señaló que estas últimas aún no incluían el dato más reciente del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), por lo que puede anticiparse que se seguirán ajustando a la baja.
Señaló que algunos analistas privados ya están pronosticando un crecimiento tan bajo como de 0.5 por ciento.
En este contexto, la mayoría de la junta advirtió que durante 2019 el crecimiento podría ser inferior a lo esperado y todos señalaron que en el segundo trimestre del año la economía mundial se desaceleró como reflejo de una moderación del crecimiento de algunas de las principales economías avanzadas y emergentes.
La mayoría mencionó que este comportamiento fue consecuencia de un entorno más adverso para el comercio mundial, con periodos de marcada tensión y amenazas arancelarias, destacando algunos que los indicadores relacionados con el comercio internacional y el sector manufacturero denotan debilidad.
Indicó que el balance de riesgos para el crecimiento global se mantiene sesgado a la baja y destacan una eventual escalada de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y sus principales socios comerciales, además que la debilidad de algunas de las principales economías se prolongue más de lo anticipado.
Otro integrante de la junta precisó que los riesgos podrían afectar el mercado de los energéticos y la estabilidad financiera global. Adicionalmente, el endeudamiento corporativo y del sector público, históricamente elevado en muchos países, hace que la política fiscal cuente con poco margen de maniobra para amortiguar una mayor desaceleración o recesión.