Se calcula que para 2050, alrededor de 80 por ciento de la población del país vivirá en asentamientos urbanos, en el contexto de una transformación de la fisionomía de las ciudades y la distribución de metros cuadrados por habitante, señaló el director de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Marcos Mazari Hiriart.

Por ello destacó el compromiso social y ambiental de la arquitectura para repensar el papel de las metrópolis. “Por ejemplo –expresa–, en México se edifica mucha vivienda, y entre 60 y 70 por ciento es de autoconstrucción; lo mismo sucede con el crecimiento de las ciudades, más allá de los procesos de planeación”.

Lo idóneo, dijo, sería crecer en altura, pero contrario a esto, nos hemos dispersado sobre el territorio, además de que algunas zonas de desarrollo urbano están planificadas, pero otras requieren la participación de arquitectos y urbanistas, a fin de integrarlas a la estructura de las ciudades.

En un comunicado de la UNAM, destacó que el buen desarrollo de las metrópolis dependerá de la distribución de la población, así como de la capacidad gubernamental para formular planes económicos, sociales y espaciales realistas.

Hablar de calidad de vida no sólo implica los espacios arquitectónicos, sino la movilidad, los problemas ambientales y el derecho a servicios como el agua y la recreación, subrayó Mazari Hiriart.

Hablar de calidad de vida implica los espacios arquitectónicos, la movilidad, la solución a los problemas ambientales, el derecho a servicios como el agua y también a la recreación. El problema es que esos derechos están en el marco jurídico, pero no en la realidad, expresa.

Destacó que la Facultad de Arquitectura tiene programas en los que la UNAM participa con alcaldías y asociaciones no gubernamentales para el mejoramiento de la vivienda, sobre todo la de tipo social. El objetivo es apoyar a la sociedad, con acciones desde la universidad, donde se desarrolle la conciencia de nuestros estudiantes, concluyó.