arece que el engrudo se le hizo bolas a la Fiscalía General de la República (FGR), pues según ella presentó un sólido caso judicial (Agronitrogenados) contra el ex director de Petróleos Mexicanos y la cabeza visible de Altos Hornos de México, el cual incluía la inhabilitación del ex funcionario, el congelamiento de las cuentas bancarias de los implicados y –la joya de la corona– órdenes de aprehensión contra Emilio Lozoya Austin y Alonso Ancira Elizondo, con todo y ficha roja de Interpol.

Se trataba del caso perfecto, decía el fiscal Alejandro Gertz Manero, que resultaba emblemático de la brutal cuan descarada corrupción en el sexenio de Enrique Peña Nieto y su pandilla, de tal suerte que, dada la contundencia del expediente, en cuestión de horas los implicados estarían tras las rejas. El erario resarcido y la nación reivindicada.

Eso decía, pero cinco semanas después Lozoya es prófugo de la justicia (cómodamente instalado en Alemania) y Ancira Elizondo –al que prácticamente capturaron de inmediato en Palma de Mallorca, España– goza de libertad bajo fianza, tras cubrir el monto fijado por el juez español (algo así como 22 millones de pesos). Y de regalo, un juez de amparo en la Ciudad de México impidió que la FGR remate el lujoso inmueble (de la familia Lozoya) que tiene asegurado en Lomas de Bezares como parte de la acusación por lavado de dinero contra el ex director de Pemex.

Todo lo anterior aderezado con las artimañas, relaciones (entre ellos su amigo y cliente Gertz Manero), músculo, amparitis y demás gracias del abogánster defensor de Lozoya y su familia, Javier Coello Trejo, a quien sin duda alguna le ha funcionado la estrategia de atrasar, retorcer, meter el pie y enmarañar el sólido caso en contra de su representado. Y tan le ha funcionado que fue rechazada su petición (a nombre de su cliente) de que comparezcan ante un juzgado Enrique Peña Nieto, Luis Videgaray, Pedro Joaquín Coldwell y demás ex funcionarios del consejo de administración de Petróleos Mexicanos involucrados en la compraventa de Agronitrogenados. Entonces, el abogánster impugnará y ganará más tiempo.

Así, Lozoya se abstendrá, por ahora, de encender el ventilador, mientras Peña Nieto puede seguir de fiesta y gastando suela en los bailongos, a la vez que Luis Videgaray puede mantenerse plácidamente escondido en, a saber dónde, Coldwell gritando que lo llamen a comparecer, cuando en los hechos no tiene la menor intención de hacerlo… y Alejandro Gertz Manero papando moscas con el sólido caso que conduciría a la cárcel a todos los involucrados en el fraude con Agronitrogenados y demás negocios sucios.

He allí el balance del sólido caso judicial y de la contundencia del expediente: tras cinco semanas, la familia Lozoya goza de cabal salud, se mantiene intocada y cada día más alejada de los tribunales y de la cárcel, porque –gracias a Coello Trejo– tiene un costal repleto de amparos que le permiten andar como en su casa, pero en Alemania. Y Ancira Alonso anda en las mismas, porque sus abogados ya tienen el costal; sólo falta el titipuchal de amparos que lo conduzcan, ahora que regrese, directamente del avión a su casa sin tocar Ministerio Público.

Entre las (predecibles) novedades del día está que el juzgado 8 de distrito negó citar a comparecer a Peña Nieto, Videgaray y Coldwell en calidad de testigos por el caso de Agronitrogenados, asunto por el cual Emilio Lozoya enfrenta una orden de arresto; rechazó aceptar las pruebas testimoniales que ofreció a su cargo Emilio Lozoya, con el cual busca combatir la orden de captura librada en su contra por operaciones con recursos de procedencia ilícita relacionados con la presunta entrega de un soborno por la compraventa que la petrolera hizo a Altos Hornos de México (La Jornada, César Arellano).

Las rebanadas del pastel

Resultó insuficiente que Marcelo Ebrard se integrara a la Patrulla Fronteriza, porque ya vienen de regreso los aranceles al acero mexicano.

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