La discusión sobre la orientación sexual e identidad de género ha girado en torno a los adultos, pero cada vez son más visibles los casos de niñas, niños y adolescentes que se identifican con la diversidad sexual pese a la percepción de que no es posible que se asuman como tales a esa edad, señaló el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).

Sobre los mitos de que no hay niños y niñas lesbianas, gays, bisexuales o transexuales (LGBT) o que éstos no saben lo que quieren o están muy jóvenes para decidir, señaló que los estudios científicos demuestran que tanto la orientación sexual como la identidad de género se desarrollan, en muchas personas, desde temprana edad.

Reconocerlo implica tomar acciones de protección para una población que es especialmente vulnerada en la escuela (acoso homofóbico o transfóbico) y en sus hogares.

Indicó que la Encuesta Nacional sobre Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género 2018, arrojó que quienes se identificaron como población LGBT antes de la juventud, nueve de cada 10 tuvieron que ocultarla a su familia y alrededor de 35 por ciento sufrió algún tipo de violencia en la escuela por el mismo motivo.

En el documento Mitos y realidades sobre las personas con orientaciones sexuales e identidades de género diversas, el Conapred refuta también la idea de que la lucha por los derechos de las personas de la diversidad sexual y de género amenazan a la familia y a las personas heterosexuales. Señaló que no tiene ninguno de estos propósitos ni existe evidencia que muestre que los problemas de una sociedad se agraven con el reconocimiento de sus garantías.

Otros mitos que se tratan en el texto son que ser heterosexual es lo natural, “las orientaciones sexuales e identidades de género diversas son ‘enfermedades’ que se pueden curar, los gays y lesbianas buscan convertir o seducir a todos, las personas bisexuales no existen. Son mujeres u hombres homosexuales que no se deciden”, y que los hombres gays son violadores y abusan de los niños.

Expuso también que la idea de que los niños se visten de azul y las niñas de rosa refleja la creencia errónea de que existen actitudes, modos de ser, vestir y comportarse asociados a cada género.