No tengo miedo porque todo está comprobado y me siento tranquilo, asegura el entrenador de taekwondo Julio Álvarez, quien podría aparecer en una de las cuatro investigaciones que realiza la Secretaría de la Función Pública (SFP) por presuntos actos de corrupción en la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) y el Fondo Nacional del Deporte y Alto Rendimiento (Fodepar).

El técnico admite que ha recibido depósitos en su cuenta bancaria por más de 200 mil pesos desde que forma parte del grupo multidisciplinario de María del Rosario Espinoza, a la que entrena desde hace cinco meses, con un plan de trabajo apoyado por la Conade para el reto que en conjunto tiene con la triple medallista olímpica y mundial rumbo a Tokio 2020.

Serio y con trato amable menciona que el dinero se utilizó para giras, campamentos y competencias realizados en Europa por espacio de un mes y no le ve ningún problema. Estuvimos en Marruecos, Bulgaria, España y Gran Bretaña. Los del Fodepar me depositaron porque tienen el número de mi cuenta bancaria, soy entrenador, no es que me lo hayan dado para uso personal. Todo está comprobado con facturas.

Hasta ayer no había sido requerido por la SFP y espera que lo de su situación sea un malentendido; estoy en contra de la corrupción y (deseo) que sea abolida, afirma Álvarez, quien había solicitado recursos por 1.2 millones de pesos y la Federación Mexicana de Taekwondo, que preside Raymundo González, pidió 2 millones, de acuerdo con lo publicado por Proceso.

María es grande

Sobre la derrota de María ante Briseida Acosta, quien le ganó el pase a los Juegos Panamericanos de Lima, tomó con tranquilidad el resultado de su pupila que me sigue demostrando que es grande.

Mencionó que fue “una evaluación muy cerrada –se definió por punto de oro– y se juntaron las dos mejores competidoras mundiales con aspiraciones en la categoría olímpica de más de 67 kilogramos”.

Álvarez no pasa por alto que Espinoza se resintió en su rendimiento al perder peso por “una enfermedad en el estómago que la perjudicó. Ella fue una de los 90 deportistas que se intoxicaron por alimentos en el Centro Nacional de Desarrollo de Talentos Deportivos y Alto Rendimiento.