Lunes 24 de junio de 2019, p. 33
Sao Paulo. La tradicional marcha del orgullo Lgbti arrancó la mañana de ayer en esta ciudad exigiendo respeto a la diversidad, con un fuerte talante político en un año en que Brasil muestra su cara más conservadora.
La 23 edición de la fiesta se celebra, como cada año, en las avenidas Paulista y Consolaçao de la capital económica de América Latina. Llena de color, fantasías y música, asemeja un Carnaval de invierno paulista, con la diferencia que transmite un fuerte mensaje político.
Vine a luchar contra la homofobia y el irrespeto
, afirmó Monique Barber, de 31 años. “Tenemos un político homofóbico –dijo– y vemos cómo las cosas retroceden, imagina ser atacado en la propia marcha Lgbti”.
A lo largo de su carrera política, el ultraderechista presidente Jair Bolsonaro ha coleccionado un historial de mensajes homofóbicos, racistas y machistas. Desde que asumió el poder, en enero de 2018, ha reafirmado su talante conservador. Entre otras polémicas declaraciones, calificó de error
la criminalización de la homofobia, decidida este mes por el Supremo Tribunal Federal.
Marina Fernandes, de 19 años, vino desde el litoral paulista para apoyar el movimiento
. La joven, que se define heterosexual, decidió sumarse por primera vez al desfile. Vine porque siento empatía y porque creo en el respeto al otro, no hay que ser homosexual para eso
, aseguró.
Con un domingo soleado y tibio, el clima contribuyó al arranque de la que está considerada como una de las mayores movilizaciones del mundo y que este año espera reunir a unas 3 millones de personas.
El tema de este año es 50 años de Stonewall, en homenaje a las protestas en un bar de Nueva York en 1969 que se convirtieron en hito de la lucha por los derechos de la comunidad Lgbti.
La avenida Paulista recibió retoques, como la adaptación de las luces de los semáforos peatonales que, en vez de verde y rojo, exhibieron los últimos días parejas del mismo sexo.