asta ahora, los apanicados integrantes del consejo de administración de Petróleos Mexicanos (Pemex) en tiempos de Enrique Peña Nieto concentran su atención, nervios y defensa en la justificación –algo por demás imposible– de las operaciones de compraventa de Agro Nitrogenados y Grupo Fertinal, las cuales causaron fuerte daño al erario nacional y confirmaron la práctica cotidiana en la ex paraestatal: corrupción y más corrupción en todos los niveles.

Sin embargo, según se rasca surgen de inmediato nuevos asuntos que de igual forma provocaron un severo perjuicio a las finanzas y a la seguridad de Pemex, e incluso motivaron el crecimiento y fortalecimiento del crimen organizado, toda vez que los encargados de combatirlo se sumaron a él o simplemente ya pertenecían a ese circuito.

Uno de esos casos es el nombramiento del general Eduardo León Trauwitz, ex subdirector de Salvaguarda Estratégica (SSE) de Pemex, nombrado por el consejo de administración (14 de marzo de 2014) de la empresa del Estado, con el objetivo de fortalecer las políticas de seguridad para la protección de las instalaciones, bienes y valores de Petróleos Mexicanos.

El consejo de administración de Pemex decidió cancelar la Gerencia de Servicios de Seguridad Física y en su lugar crear la SSE, manteniendo su adscripción a la Dirección Corporativa de Administración, con el objetivo de fortalecer las medidas de seguridad y, sobre todo, abatir el huachicoleo, práctica que contribuyó a diezmar las finanzas de la empresa.

De acuerdo con la decisión del consejo de administración, el cambio en el estatuto permitirá ampliar la capacidad de gestión de Pemex ante autoridades internas y externas en las operaciones de salvaguardia estratégica, y lograr un aprovechamiento eficiente de los sistemas tecnológicos, de recursos humanos y materiales con que se cuenta. Pues bien, se ha mencionado que tal medida fue resultado de una instrucción girada por Enrique Peña Nieto, con el fin de colocar a uno de sus cercanos en la jerarquía de Pemex y darle atribuciones que ningún otro tuvo en materia de seguridad dentro de la empresa del Estado. No hay que olvidar que Trauwitz fue jefe de escoltas del propio EPN y de allí mágicamente brincó a uno de los puestos estratégicos de la ex paraestatal.

¿Resultado? El crecimiento sostenido del delito que el militar supuestamente debía combatir: el huachicoleo. De hecho, ya con el nuevo gobierno en funcionamiento, se destaparon otras cloacas: 80 por ciento del robo de combustible se cometía en las propias instalaciones de Pemex, a la vista del militar (léase con el visto bueno) que se comprometió a erradicar esa práctica. Pero de cualquier suerte la responsabilidad legal del nombramiento correspondió al consejo de administración de Pemex.

Los resultados hablan por sí solos y las consecuencias pegaron directamente en el corazón financiero de la empresa más importante del país, la que a lo largo de su historia mayores recursos aportó para el crecimiento y el desarrollo nacionales, pero que a la vez fue sistemáticamente saqueada. La ley y sus recovecos han permitido que los responsables del saqueo se mantengan libres. Sin embargo, parece que la autoridad procederá en contra del citado militar y su pandilla.

La Jornada lo informó así: El juzgado cuarto de distrito en materia penal negó aTrauwitz la protección de la justicia federal para no ser detenido. La Fiscalía General de la República podrá ejecutar la orden de captura que obtuvo en su contra por la presunta comisión de delito de delincuencia organizada. Ya era hora.

Las rebanadas del pastel

En breve, el Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros, a cargo de Rabindranath Salazar, se transformará en el Banco del Bienestar, y la calificadora Fitch Ratings le ha ratificado la nota más alta en la escala crediticia. La nueva institución será el principal organismo financiero dispersor de los recursos de programas sociales enfocados en combatir la pobreza e inequidad social y económica.

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