o llaman “Encuentro de alto nivel para la atención del sargazo en el gran Caribe” y se celebrará en Cancún el próximo jueves en el lujoso hotel Moon Palace. Convoca la Secretaría del Medio Ambiente de Quintana Roo, entidad muy afectada por el fenómeno. Hubo otras reuniones de alto nivel sin resultados satisfactorios. El encuentro del jueves es así el enésimo para enfrentar un añejo problema y en el que sobresale la falta de coordinación entre las instancias oficiales locales estatales y federales y el sector empresarial.

El gobierno de Quintana Roo anunció meses antes un protocolo emergente que divide la región costera en nueve zonas a fin de hacer más viable recolectar el alga. Aseguró que el año pasado invirtió 212 millones de pesos en esa tarea, mientras el gobierno federal 62 millones y el del municipio de Solidaridad 48. Otros 200 millones se gastaron en esa tarea en 2016 pero nadie sabe en qué se usaron realmente y se habla de corrupción. El sector empresarial afirma que dedica millones en limpiar las playas de sus hoteles, pero advierte falta de liderazgo en las labores de controlar al indeseable visitante.

Sí, es verdad. No hay liderazgo ni coordinación entre las instancias oficiales y privadas. Por ejemplo, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), cuando la dirigía Josefa González Blanco, encabezaba la comisión intersecretarial para atender el problema. En febrero pasado aseguró tener un plan para tal fin: detección, contención, colecta y vigilancia. No se supo más. La Semarnat es clave en este asunto, pues de ella depende la Zona Marítima Federal Terrestre, la cual mide 20 metros tierra adentro desde donde rompen las olas marinas.

Pero en mayo pasado, el Presidente de la República dijo que la Secretaría de Marina se encargaría de atender la crisis, pues tiene muy buenos expertos, lanchas y aviones que no se ven porque vuelan muy alto y sirven para detectar drogas, y bases en Chetumal y otras partes del Caribe. Agregó que el sector naval se coordinará con la Semarnat, Hacienda y Turismo, que aportarán recursos para combatir el alga. Pablo Careaga, del Fondo Nacional de Turismo, dijo que las dependencias oficiales destinarán mil millones de pesos a esa tarea.

Existen numerosas propuestas de expertos mexicanos y extranjeros para controlar el sargazo. La más reciente –según Gloria Guevara Manzo, ex secretaria de Turismo y hoy presidenta del Consejo Mundial de Viajes y Turismo– es de la Universidad de Harvard y del Instituto Tecnológico de Massachusetts. Dijo que la entregaron a los gobernadores de Quintana Roo y Yucatán. Agregó desconocer si la tienen las instancias federales y que se pedirán recursos al Banco Mundial para ver si funciona. No aclaró quién solicitará y, en su caso, pagará el préstamo.

Mientras se logran seleccionar las estrategias que sí funcionen, la calificadora estadunidense Moody’s sostiene que un arribo menor de turistas a Quintana Roo por el sargazo presionará las finanzas de los hoteleros de la región, renglón en que predomina el capital trasnacional (destacadamente de España y Estados Unidos) y, agrego, sirve para lavar dinero. Pablo Azcárraga, del Grupo Posadas, sostiene que la acción gubernamental ha sido lenta y poco coordinaday dejó a los hoteleros solos ante el problema, lo cual no es cierto. Otros empresarios dicen que hay desastre ambiental por la falta de la acción coordinada de los sectores afectados y una baja de visitantes por el sargazo y la inseguridad.

Sin embargo, las estadísticas oficiales y de hoteleros de Quintana Roo señalan que en los cinco primeros meses de 2019 aumentó la cifra de turistas respecto de 2018. Igual su gasto per cápita. Todo in­dica entonces que, como me dijo un conocedor del problema deseoso de participar en su solución, es imposible trabajar adecuadamente si faltan directrices oficiales y empresariales sólidas, y con un medio enrarecido y contradictorio. Mientras, el sargazo seguirá llegando.