Enrique sigue en la fiesta // Ex presidentes, a salvo // AMLO proponía consulta // Trump felicita a México
os momentos mediáticos más relevantes de Enrique Peña Nieto, ya fuera de Los Pinos, se han escenificado en paseos turísticos y en fiestas particulares. Se le ha visto alegre, enamorado, tranquilo y musical; ya sea escuchando a Julio Iglesias en la boda de un abogado de élite o haciendo esfuerzos por mostrarse como bailador (ayer circuló con fuerza en redes sociales un video en que se le ve intentando algunos pasitos al ritmo de una pieza de Los Ángeles Azules).
Tiene razones para seguir en la dulce vida. Su nombre ha emergido del pantano de acusaciones de corrupción sin que su plumaje haya sufrido algo más que manchas no judiciales. Junto con él, la planilla principal de sus colaboradores se mantiene en igual tesitura indemne: pactado o circunstancial, lo cierto es que a Peña y su pandilla les da gran tranquilidad el perdón del presidente López Obrador a los corruptos del pasado, su resistencia a ir más allá del discurso genérico de condena a villanos innombrados.
Por si hubiera alguna preocupación en el peñismo y en los anteriores habitantes de Los Pinos que aún viven, ayer el político tabasqueño insistió en su política de punto final
, que significa ver hacia el futuro y no hacia atrás. Es decir, no enredarse en enjuiciar a los mencionados ex presidentes, a menos que hubiera una gran insistencia popular en ese sentido.
Lo cierto es que quien colocó en el escenario mediático el tema del enjuiciamiento a ex mandatarios fue el propio López Obrador. En noviembre del año pasado incluso precisó la pregunta que se plantearía a los ciudadanos: ¿Crees que Andrés Manuel, presidente de México, debe promover que se juzgue para que haya justicia y no sólo se persiga a chivos expiatorios y se revisen las responsabilidades en delitos de corrupción y otros a Carlos Salinas, a Zedillo, a Fox, a Calderón y a Peña Nieto? ¿Sí o no?
(https://bit.ly/2KtVb1M). Bueno, hasta fecha se fijó para tal consulta: el 21 de marzo del año en curso, aunque luego se dijo que se posponía tal ejercicio cívico hasta que fuera reformado un artículo constitucional referido al tema (aunque el poder que controla al Poder Legislativo no ha hecho avanzar tales modificaciones).
En tal virtud (o mejor dicho, por ausencia de esta), Peña Nieto puede estar tranquilo a pesar de que sea mencionado en múltiples asuntos relacionados con corrupción gubernamental (Odebrecht, Agronitrogenados y Fertinal, entre otros en México, y señalamientos en Estados Unidos). En ese contexto, mucho ayuda al sosiego de Enrique el saber que la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales consideró que ha prescrito la acción penal que pudo haberse aplicado al caso del presunto financiamiento de Odebrecht a una parte de la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto, en 2012, por la vía de Emilio Lozoya, quien entonces era coordinador de vinculación internacional de dicha campaña. Si algún delito hubo, el tiempo para investigarlo y castigarlo se ha agotado. Así de simple.
El propio López Obrador dijo ayer, por otra parte, ignorar el tema de las pillerías detectadas durante la administración de Vicente Fox Quesada y la posterior instrucción, ya con Felipe Calderón en Los Pinos, para desaparecer casi trescientos kilogramos de expedientes que probaban tales actos de corrupción. De cualquier manera, también en este caso la ley establece que ha fenecido el plazo para intentar cualquier castigo.
El mercurial mandatario de Estados Unidos amaneció ayer así: Tengo que agradecer al presidente de México porque él realmente está haciendo un trabajo en la frontera y en México, han pasado muchas cosas positivas y el flujo (de migrantes) ha bajado sustancialmente
. En tanto, ese presidente de México se reunía en Tapachula con su homólogo de El Salvador para dar forma a un plan de desarrollo económico de Centroamérica que tiene apoyo de varias naciones, pero no explícitamente de Estados Unidos.
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