De acuerdo con cifras que se tienen, en seis años –de 2010 a 2016–, a escala nacional, las mujeres propietarias o copropietarias de una vivienda han aumentado alrededor de dos puntos porcentuales al pasar de 13.50 a 15.3 por ciento, según el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres).

De acuerdo con la base de datos del instituto, en 2016 los estados que reportaron porcentajes menores son Jalisco, Hidalgo, estado de México, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Zacatecas, Michoacán, Chiapas y Aguascalientes pues están entre 12 y 13 por ciento.

Los estados de Sonora, Campeche, Sinaloa, Chihuahua, Yucatán, Guerrero y Baja California registraron los porcentajes más altos de mujeres propietarias de una vivienda, entre 22 y 18 por ciento.

El Inmujeres precisa que según la Encuesta Intercensal del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) 2015 del total de propietarios de vivienda en el país, 35 por ciento son mujeres y 56 por ciento son hombres.

Jeli Camacho, responsable de investigación del área de políticas y presupuestos para la igualdad y el desarrollo sustentable de la organización Equidad de Género, Ciudadanía, Trabajo y Familia, expuso que las causas de la brecha entre hombres y mujeres propietarios de una vivienda son multifactoriales, entre ellos el tipo de empleos en los que se ubica a las mujeres y la remuneración que reciben.

Tienen que ver principalmente por la histórica precarización del trabajo de las mujeres, a ellas se les sigue pagando menos por lo que hacen y eso tiene un impacto directo en los accesos no sólo a vivienda sino a todos los servicios que generen bienestar, dijo en entrevista.

Según los últimos datos, expuso, la mayor parte de las mujeres se encuentran en el sector de manufacturas. Agregó que el menos en la Ciudad de México, casi 40 por ciento de las mujeres están en un empleo informal. El uso del tiempo, añadió, es un factor que pocas veces se observa pero también es importante.

Otros factores, señaló Camacho, son los sistema financieros. Tiene que haber un replanteamiento de a quién se le ofrece el crédito y bajo qué consideración porque regularmente son mujeres que tienen un empleo formal que garantizan una suma.

Agregó que las dos variables que también atraviesan el tema de acceso a la vivienda es pobreza y niveles de marginación en el país que se profundizan más cuando es en el ámbito rural.