Teherán. Irán no busca guerra contra ningún país, afirmó ayer el presidente Hassan Rouhani, e insistió en que su gobierno podrá soportar la creciente presión de Estados Unidos y saldrá victorioso.

No preparamos una guerra con ningún país, aseguró el gobernante durante la inauguración de una nueva terminal en el Aeropuerto Internacional Imán Jomeini.

Toda la nación iraní es unánime en hacer frente a la presión de Estados Unidos. El final de esta batalla verá la victoria de la nación”, sostuvo Rouhani.

Mientras, en una entrevista para la revista Time publicada el lunes, Trump declaró que está preparado para emprender una acción militar con tal de evitar que la república islámica fabrique una bomba nuclear, aunque dejó abierta la cuestión de si usaría la fuerza para proteger los suministros de petróleo en el golfo Pérsico.

Añadió que el impacto de los ataques recientes contra buques petroleros en el golfo de Omán había sido menor, hasta ahora.

Cuando se le preguntó si estudiaría una acción militar contra Irán para impedir que obtenga armas nucleares o garantizar el libre flujo de crudo por la región, el mandatario respondió: ciertamente, lo haría sobre las armas nucleares y dejaría la interrogante sobre la otra pregunta.

Acerca de la dependencia de Estados Unidos de los suministros de energía de la región, el magnate afirmó que hay otros lugares que reciben grandes cantidades de petróleo. Nosotros obtenemos muy poco. Hemos hecho un gran progreso en los dos últimos años en materia de energía, ya somos exportadores, así que no estamos en la misma posición en la que solíamos estar en Medio Oriente.

Mike Pompeo, secretario estadunidense de Estado, indicó que su país debe tener la capacidad de responder a un posible ataque de Irán contra intereses estadunidenses en el golfo, aunque reiteró que el presidente Trump no quiere una guerra con la república islámica.

Pompeo se reunió en Tampa con los responsables del Comando Central del Pentágono, que la víspera anunció el envío de mil soldados adicionales a Oriente Medio para enfrentar el comportamiento hostil de Teherán.

Rusia, en tanto, pidió a Estados Unidos suspender planes de enviar tropas a Medio Oriente y dejar de provocar a Irán.

Sergei Ryabkov, viceministro ruso de Relaciones Exteriores, señaló que Moscú ha advertido varias veces a Washington y a sus aliados sobre “el incremento imprudente de las tensiones en una región explosiva.

Lo que estamos viendo son constantes intentos de Estados Unidos por elevar la presión política, militar y económica contra Irán, de manera muy provocativa. Estas acciones no pueden ser consideradas como algo diferente de un curso deliberado para provocar una guerra, denunció Ryabkov.

China, por su parte, teme que Washington abra la caja de Pandora en Medio Oriente y recomendó a Estados Unidos cambiar su práctica de la presión extrema, afirmó el canciller Wang Yi.

El funcionario chino también apremió a Irán a no abandonar el acuerdo nuclear tan fácilmente y reiteró que la determinación de su país de salvaguardar el acuerdo integral no ha cambiado. Estamos dispuestos a trabajar con todas las partes para seguir esforzándonos por la aplicación plena y efectiva del acuerdo.

Estados Unidos e Irán están cerca de un punto de inflexión en su disputa, después de que Teherán anunció el lunes que dejaría de cumplir el acuerdo nuclear con potencias internacionales y de que el gobierno de Trump ordenó el despliegue de mil soldados más en Medio Oriente.

Irán se ha mantenido leal a sus compromisos, pese a la salida estadunidense, el año pasado, del acuerdo nuclear que firmaron en 2015 Teherán y varias potencias mundiales.

La tensión entre ambos países se incrementó luego de los ataques perpetrados la semana pasada contra dos buques petroleros cerca del estratégico estrecho de Ormuz, en el golfo de Omán, agresiones que Washington atribuyó de inmediato a Irán y que la república islámica negó de manera tajante.