Martes 18 de junio de 2019, p. 8
Con música, anécdotas y ritmos caribeños, Celia Cruz, la Reina de la Salsa, recibió un homenaje póstumo el domingo en la Ciudad de México, donde, a través de la cantante Lucrecia, se afirmó que su legado sigue vivo.
Con un recorrido por sus temas icónicos, el público disfrutó de una velada en la que imperó la alegría, con una orquesta en vivo en el espectáculo Celia Cruz, el musical, que recibió el aplauso de los asistentes al teatro Metropólitan.
Tras el anuncio de la tercera llamada se inició el concierto, que incluyó más de 20 melodías que se conjugaron con juegos de luces y el carisma de Lucrecia, quien durante dos horas interpretó a Celia Cruz.
Conmovió al público con anécdotas de la infancia de la estrella cubana, quien murió en 2003, desde su juventud, pasando por sus inicios en la música, el clímax de su carrera, y hasta momentos antes de su muerte.
Cerca de las 18:21 horas las luces se apagaron y la orquesta comenzó a poner ritmo y rumba a la velada para dar la bienvenida a la protagonista de la noche.
Más tarde, la música empezó y Lucrecia deleitó con La vida es un carnaval, Que le den candela y Yemayá, los primeros temas del recital, tras los que siguieron Drume negrita y El yerberito, entre otros.
Hay Celia para rato
Gracias por estar conmigo esta noche, por el amor que me han dado tantos y tantos años, quiero decirles aquí que hay Celia para rato, ustedes son los que me mantienen viva, esta negra está entera, caballeros
, expresó la intérprete y actriz.
Celia
contó su golpe de suerte con La Sonora Matancera, con la que debutó en 1950, lo que le abrió las puertas a una de las etapas más maravillosas de mi vida
.
En el último bloque, la cantante utilizó las coloridas pelucas de Celia Cruz, vestidos con la cromática de la bandera de Cuba y un atuendo africano, en las canciones Ríe y llora, así como Yo viviré, que se escuchó después de que se mostraron fotografías de su funeral.