Río De Janeiro. Las filtraciones del portal The Intercept sobre la colusión entre jueces y fiscales en la operación anticorrupción Lava Jato (Lavado Rápido), al amparo de la cual se condenó sin pruebas al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva por corrupción, podrían anular su condena a ocho años y 10 meses de prisión, afirmó ayer Gilmar Mendes, uno de los jueces del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil.

Creo, por ejemplo, que en la condena de Lula, ellos anularon la condena, declaró Mendes a la revista Época, al referirse a las conversaciones que sugieren una colusión entre el ex juez Sergio Moro, actual ministro de Justicia y Seguridad Pública, y el fiscal de Lava Jato Deltan Dallagnol.

Consideró que la información de The Intercept revela que Dallagnol era un chiquillo y quien en realidad lideraba las operaciones anticorrupción era Moro.

Lula ha denunciado que es víctima de una persecución judicial que impidió su regreso a la presidencia en las elecciones de 2018, cuando las encuestas le daban más de 80 por ciento de las preferencias.

Mendes es uno de los cinco jueces que componen el segundo grupo del Tribunal Supremo, que el próximo 25 de junio analizará una petición de habeas corpus que interpusieron abogados de Lula para anular su condena con el argumento de que Moro nunca fue imparcial. El magistrado de la corte que se encarga de Lava Jato, Edson Fachin, tendrá que decidir si las conversaciones filtradas pueden usarse en la acción judicial.

La defensa del líder del Partido de los Trabajadores presentó ante el máximo tribunal un documento con los mensajes filtrados de Moro y Dallagnol para reforzar el pedido de libertad de su cliente.

La defensa argumenta que los mensajes relatan situaciones incompatibles con la exigencia del ejercicio imparcial de la función jurisdiccional, según el documento judicial publicado por el portal UOL.

El ministro, cuando era juez, condenó a Lula en primera instancia, y la sentencia fue confirmada en un tribunal de apelación. El ex presidente cumple desde abril de 2018 en Curitiba, sur del país, una condena por supuestos delitos de corrupción pasiva y blanqueo de dinero.

En su primera declaración pública sobre las filtraciones, el presidente Jair Bolsonaro defendió a Moro en un acto celebrado en Brasilia: Lo que hizo no tiene precio. Él realmente expuso todo; mostró las vísceras del poder, la promiscuidad en lo relacionado con la corrupción. Petrobras casi quebró, muchos fondos de pensión igual.

Bolsonaro restó importancia al contenido de las conversaciones, al decir que si filtraran lo que él comenta con sus colegas le llamarían loco y otros calificativos que recibió en la anterior campaña a la presidencia.

En otro orden, el mandatario destituyó al ministro de Gobierno, general Carlos Santos Cruz. La administración del neofascista vive desde su inicio, en enero, una puja entre el ala ideológica y la miltar en el gabinete.

Santos Cruz es el tercer ministro de Bolsonaro que deja su cargo en lo que va del mandato, pero es la primera baja entre los ministros uniformados.