Río de Janeiro. Sin su delantero estrella Neymar, quien causó baja por lesión, la selección de Brasil se perfila como la principal aspirante a conquistar la versión 46 de la Copa América, torneo que albergará desde este viernes y hasta el 7 de julio, y que se presenta como una nueva oportunidad para el argentino Lionel Messi de ganar por fin algo con la Albiceleste.

Cinco años después del duro revés en su Mundial, con el inolvidable 7-1 en semifinales ante Alemania, la Canarinha querrá aprovechar de la mejor manera ser en esta ocasión la organizadora del certamen de la Conmebol, que esta vez tendrá como invitados a Qatar y Japón, para recuperar el trono de Sudamérica, el cual no ocupa desde 2007.

La pentacampeona del mundo acude con muchas ilusiones a esta Copa América, no sólo por el hecho de no ganarla desde hace 12 años, sino también porque ni siquiera ha sido capaz de alcanzar las semifinales, una gran ofensa para una selección que ha conquistado este título en ocho ocasiones.

A ello se suma que en el pasado Mundial de Rusia, pese a su gran eliminatoria y la esperanzadora llegada de Tite al banquillo, no pasaron de cuartos de final, eliminados por Bélgica, por lo que la sequía es aún mayor para un Brasil que intentará obtener su noveno título en este certamen.

La Verdeamarela competirá con un potente equipo, pero mermado por el que es considerado su referente, Neymar, cuyo brillo parece haberse diluido desde su llegada al Paris Saint-Germain y a quien una lesión de tobillo lo apartó del torneo en medio de una nueva polémica tras ser acusado de violación.

Aún así, Tite dispone de una buena plantilla para pelear por el título con futbolistas como el guardameta Alisson, ganador de la Champions con el Liverpool junto a Firmino, Thiago Silva, el nuevo capitán Dani Alves, Casemiro, un Coutinho que quiere demostrarle al Barcelona que vale para su proyecto, o el joven poderío que tiene arriba con Gabriel Jesús o Neres, una de las revelaciones del año con el Ajax.

▲ William fue llamado para sustituir a Neymar y encabezar la ofensiva brasileña.Foto Afp

Brasil será el encargado de abrir la Copa América hoy en el estadio de Morumbí ante Bolivia, el rival en teoría más asequible de un grupo sin excesiva dureza en el que también quedaron encuadrados la mundialista Perú, tercera en 2011 y 2015, y Venezuela, cuarta en 2011.

La principal oposición para la anfitriona vendrá por parte de su histórica enemiga, una Argentina que contará con el azulgrana Lionel Messi y que, aunque lleva mucho más tiempo sin ganar este certamen, en 1993, sí puede presumir de haber estado más cerca de hacerlo que la pentacampeona mundial.

Luego de asumir otro fracaso en el pasado Mundial y ser de nuevo blanco de numerosas críticas, Messi no ha dado la espalda a Argentina e intentará liderarla hacia un título que sería un refuerzo, pero también un alivio personal tras un final de campaña con el Barcelona bastante negativo tras la debacle de Anfield, en la Champions, y la derrota en la final de la Copa del Rey.

Tras las dos gigantes de América del Sur aparece la figura del equipo más laureado de la competición, Uruguay, 15 veces campeona, una más que Argentina, y que llega con su conocido equipo, liderado por el sempiterno Óscar Tabárez.

En el panorama también se vislumbra Chile, que tendrá el reto de encadenar un triplete, algo que no se logra en el torneo desde que lo hizo Argentina, dominadora de 1945 a 1947. Sin embargo, desde su segunda corona hace tres años, en 2016, la Roja ha bajado su nivel.

El presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, confió ayer en que la Copa América Brasil 2019 servirá como reivindicación del futbol sudamericano para recuperar territorio frente al poderío de Europa de los tiempos recientes.