Dos años sin competencias de preparación no limitaron al canoísta Rigoberto Camilo. Desde la medalla de plata en el Mundial Juvenil de Rumania estaba ausente en Europa y el domingo pasado subió a lo más alto del podio en Alemania en una Copa del Mundo, retornó al país y apenas le dio tiempo para estirar las piernas y competir en la Olimpiada Nacional dejando constancia con su compañero Guillermo Quirino Medrano en la canoa doble en la pista internacional de Progreso, Yucatán.

Es la primera vez que compitió después del Mundial de 2017. Se sorprendieron en Europa del nivel que tiene y superó el viento en contra para mejorar sus tiempos tanto en lo individual como en el C2 con Quirino, explica el entrenador rumano Gheorghe Simionov.

Alaba la resistencia de Rigoberto, joven michocano proveniente de una familia de pescadores en Pátzcuaro junto con Quirino y el primo de éste, José Everardo Cristóbal, primer campeón mundial senior en Szeged, Hungría, hace 13 años.

A todos los ha preparado y compartido triunfos y derrotas de su larga trayectoria como entrenador desde que llegó a México hace más de un cuarto de siglo descubriendo la veta de los canoístas michoacanos, que son fuertes como el roble y resistentes ante las adversidades, argumenta.

Aunque los 5 mil metros en el C1 no es una prueba olímpica, el rumano está más que contento por el resultado de sus pupilos, porque se cumplió en la Copa del Mundo y podría ser todavía mejor tras solicitar a sus compatriotas la construcción de una embarcación que tendrá un costo de 3 mil 500 euros a la medida de los canoístas para el C2, pues compitieron con un bote prestado ahora que estuvieron en Duisburg.

“Cuando estamos en Europa los rumanos nos prestan un bote, pero en esta ocasión Rigoberto me dijo que no se sentía a gusto con la embarcación. Creo que se puede mejorar mucho y estamos en pláticas para que las autoridades (deportivas) nos sigan apoyando y se realice un campamento en Hungría.

Así lo hicimos cuando José Everardo ganó la medalla de oro y queremos repetir esa concentración de entrenamiento después de los Juegos Panamericanos de Lima para cerrar la preparación rumbo al Mundial que se hará en mi país a finales de agosto, que es clasificatorio olímpico a Tokio 2020, enfatiza el rumano.

Insiste en la importancia que se le debe dar al deportista y más en los jóvenes que vienen sobresaliendo. “Yo, a Lima, voy por una medalla o tal vez dos. Hace dos meses tuvimos un control con los cubanos y estos chicos ganaron en el C2.

Hay que clasificar y pensar en los Juegos Olímpicos. Primero pasar a la final y después buscar la medalla, refiere con nostalgia Simionov, ganador de esa presea en Montreal 1976, quien anhela darle una medalla a México.