Toluca, Méx., La Comisión de los Derechos Humanos del Estado de México (Codhem) aseguró ayer que el video que se difundió en redes sociales desde el fin de semana, que muestra una supuesta tortura infligida a un reo del penal de Molino de Flores, Texcoco, es un montaje, según admitió la presunta víctima durante un interrogatorio ante personal del organismo.

De acuerdo con el comisionado de derechos humanos mexiquense, Jorge Olvera García, el sujeto que aparece en el video, identificado como Bernabé Ricardo, confesó que participó de manera voluntaria en el video en complicidad con otros reos para extorsionar a su padre, quien vive en Estados Unidos, y a las autoridades.

En un principio se dijo que la agresión habría ocurrido en el penal de Chiconautla, Ecatepec, pero luego se confirmó que se grabó en Molino de Flores.

No obstante, la Codhem reiteró que persisten irregularidades en el sistema penitenciario mexiquense, como el hecho de que los internos posean cámaras y teléfonos celulares con los cuales pueden grabar estos videos.

Indicó que tampoco se han resuelto el hacinamiento y la sobrepoblación en centros penitenciarios y en algunos casos se ha comprobado cogobierno entre los propios internos y las autoridades debido, entre otros factores, a la falta de personal de custodia.

El pasado fin de semana comenzaron a divulgarse en redes sociales dos videos que muestran a tres internos del Centro Penitenciario y de Reinserción Social Doctor Alfonso Quiroz Cuarón, en el municipio de Texcoco, que al parecer torturaban a un recluso a quien le aplicaban descargas eléctricas mientras yacía desnudo y mojado.

No sirves para someter, sirves para ser sometido, le dice uno de los tres convictos (dos de ellos vestidos de azul y uno de café) al preso semidesnudo, amarrado de pies y manos, a quien le colocan una toalla en el rostro y a continuación lo mojan.

En los dos videos el torturado opone resistencia e incluso consigue desatarse las manos, pero uno de sus agresores lo somete y lo toma del cuello por detrás haciendo presión con los antebrazos, hasta hacerlo tambalear por la falta de aire.

“¡Chinéalo (aplícale una llave china), chinéalo nada más, no lo vayas a torcer! ¡No se vaya a desnucar, duérmanlo!”, grita uno de los agresores. Después, cuando el interno sometido está inconsciente, los tres reos le aplican electricidad con cables enredados en sus piernas desnudas.