En los institutos nacionales de salud siempre trabajamos al límite, y todos han crecido en servicios y número de pacientes atendidos. Por eso recurren desde hace por lo menos 15 años a la contratación de personal por honorarios o subcontratación. En el Hospital Infantil de México Federico Gómez estas plazas representan la tercera parte del total de empleados en las áreas de apoyo, afirmó el director Jaime Nieto Zermeño.

A causa del recorte presupuestal, la mitad de estos trabajadores –alrededor de 180– dejaron de laborar desde enero. Son muchos para un hospital que cada año hace un millón de estudios de laboratorio y 4 mil 500 cirugías de alta especialidad, así como 900 consultas diarias, dijo el funcionario.

El funcionario, quien apenas en enero pasado llegó a la dirección del nosocomio, mantuvo un activo papel en las gestiones que en días pasados realizaron los directivos de los institutos y hospitales de alta especialidad ante legisladores y autoridades hacendarias, a fin de revertir los recortes presupuestales que, en conjunto, alcanzaban 2 mil 300 millones de pesos. Lo consiguieron después de explicar cómo funcionan los servicios de salud.

En entrevista, el cirujano pediatra comentó que la primera afectación fue a partir de enero pasado, cuando de un día para otro se redujo a la mitad el personal de apoyo de limpieza, manejo de residuos peligrosos biológico-infecciosos, lavandería, para el manejo de calderas e instalaciones eléctricas, así como de talleres y técnicos.

Después vino la orden de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público de congelar otro monto que tendría impacto en el funcionamiento de los servicios, en específico para el hospital, el servicio de anestesia, ya que se contrata con una empresa privada.

Estos recursos ya fueron descongelados y con eso ya podemos seguir funcionando y, como siempre, bajo presión. Resaltó que el nosocomio cuenta con 350 camas censables (de hospitalización) y 40 en el área de urgencias, las cuales generalmente, tienen un nivel de ocupación de más de 85 por ciento.

En urgencias, la ocupación puede llegar a 130 por ciento. Así pasa en todos los hospitales públicos, como este, que atiende a personas de escasos recursos y sin acceso a la seguridad social.

No podemos abandonar a la gente y no es motivo de orgullo, pero es una realidad: cuando faltan espacios sacamos una camilla al pasillo o una silla de ruedas donde se sienta una mamá con su hijo en brazos.

Nieto Zermeño explicó que las cirugías son el área de mayor intensidad laboral y desde hace varios años se subroga el servicio de anestesia. Es más barato y mejora calidad de los servicios, dijo.

Cuando no se tiene lo suficiente para trabajar esta es una alternativa. La empresa aporta las máquinas de anestesia para los 13 quirófanos del hospital, se encarga del mantenimiento y si se descompone, en unas cuantas horas la repara o la cambia. Además, cada tres o cuatro años renueva el equipo y el hospital paga por la acción quirúrgica que se efectúe.