éxico no puede ser rehén de los caprichos y los cálculos electorales de un presidente cuya estabilidad mental ya ha sido puesta en duda en más de una ocasión por sus propios compatriotas. Aunque hoy México sufre las consecuencias por la propuesta del incremento a las tarifas de importación, el planeta entero vive en constante zozobra en espera del siguiente zarpazo del poderoso presidente estadunidense.

No es coincidencia que su desatino se dé en el marco de la conferencia de prensa en la que el fiscal especial para investigar la intromisión rusa en las elecciones del 2016, quien declaró que si bien no había elementos suficientes para llevar a Trump ante un tribunal por obstruir dicha investigación, tampoco los había para exonerarlo. El Congreso debe constatar la veracidad de esas intromisiones y, en el ámbito político, decidir si procede o no iniciar un juicio para defenestrarlo. Reiteró que en su reporte están los elementos para que el Congreso investigue.

LOS estadunidenseS se están acostumbrando a que cada vez que su manatario sufre un tropiezo, su respuesta será una escandalosa y esquizofrénica declaración. Con su ya conocida habilidad para desviar la atención de los asuntos que amenazan con mermar su popularidad, Trump busca un chivo expiatorio que lo reivindique con su legión de fanáticos. En abril Trump dio a México un año para arreglar su situación migratoria, pero en menos de dos meses violó su palabra y decide castigar a México por un hecho que legal, humana y prácticamente no le es posible remediar, no sería la primera ocasión que Trump de marcha atrás en sus desaforadas locuras (NY Times 1/6). Trump no tuvo que esperar para que demócratas y republicanos, empresarios y la poderosa Cámara de Comercio, expresaran su rotundo desacuerdo.

Más de un observador en México y Estados Unidos ha sugerido que la mesura, firmeza e inteligencia debe ser la respuesta mexicana a esta agresión. Al parecer, así lo entiende el presidente López Obrador, quien tendrá que actuar para deshacer los entuertos de su homólogo. El apoyo que los sectores más diversos de la sociedad han manifestado a la posición mexicana en este difícil trance es invaluable para enfrentar las desmesuras del señor Trump. Cabe reiterar que la vigencia de la Doctrina Estrada es aún la mejor salvaguarda de la soberanía de México.