En México la infraestructura y el equipamiento escolar enfrentan un rezago histórico y problemas estructurales que difícilmente se podrán resolver con un programa de apoyos económicos trimestrales o semestrales, cuando lo que se requiere es una restructuración profunda del financiamiento que se destina a las escuelas públicas, afirmaron maestros y directores de educación básica.

Al respecto, un diagnóstico del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) para la mejora de la infraestructura escolar en México, destaca que 45 por ciento de las escuelas de prescolar, primaria y secundaria en el país no están conectadas al desagüe y 20 por ciento no tiene acceso a la red de agua potable, mientras 5 por ciento carece de conexión a la red eléctrica.

Agrega que de 145 mil escuelas censadas, 31 por ciento presentan daño estructural en sus instalaciones y 33 por ciento funcionan en construcciones atípicas; es decir, con edificaciones que no se apegan a la normatividad establecida.

A esto se suma que 2 por ciento no tiene baños o letrinas y 62.8 por ciento no cuenta con Internet.

El pasado lunes, el presidente Andrés Manuel López Obrador propusó en su respuesta a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que para garantizar la gratuidad de la educación pública se establezca un sistema de mejora y mantenimiento de las escuelas con el que se asignará un presupuesto para materiales de construcción, mobiliario, gastos fijos, materiales educativos y otros insumos.

La solución

Para ello propone crear los Comités Escolares de Administración Participativa (Ceap), con el fin de que los planteles reciban de forma directa los fondos públicos. Pedro Hernández, director de la escuela primaria Centauro del Norte e integrante de la dirigencia nacional del magisterio disidente, destacó que “hay problemas estructurales, porque las escuelas fueron abandonadas por años.

No hay mantenimiento mayor, muchas carecen de escaleras de emergencia, cisterna, renovación de instalación eléctrica general e Internet, a lo que se suman los problemas por el deterioro del mobiliario. En mi escuela se renovaron los pupitres hace cinco lustros, cuando recibimos 500 sillas y 250 mesas. Tampoco tenemos computadoras, proyectores o impresora.

Juan Melchor, integrante de la dirigencia sindical de la sección 18 de Michoacán, destacó que ante tantas carencias, los maestros hemos insistido en que el compromiso debe ser invertir un porcentaje más elevado del producto interno bruto a la educación, pues desde hace un cuarto de siglo no ha tenido el crecimiento acorde a las necesidades de la población escolar.

Los entrevistados coincidieron en que se demanda una visión a mediano y largo plazos, con un financiamiento etiquetado a fin de hacer realidad que la educación pública sea realmente gratuita y no siga dependiendo del apoyo de los padres de los educandos.