Lo respaldan países del Grupo de Lima
Sanciones de Washington impiden que Caracas destine recursos a programas médicos de trasplantes
Miércoles 29 de mayo de 2019, p. 26
Ginebra. Estados Unidos, junto con algunos miembros del Grupo de Lima, abandonaron ayer la Conferencia de Desarme, foro internacional de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) realizado en esta ciudad, en protesta por la asunción de Venezuela a la presidencia rotatoria de este coloquio, al mantener la presión contra la república bolivariana.
Tenemos que hacer todo lo posible para impedir que estados como el venezolano presidan organismos internacionales
, explicó Robert Wood, embajador estadunidense, tras boicotear la sesión.
Anunció que su delegación no participará en las próximas cuatro semanas de la conferencia, tiempo que dura la presidencia venezolana, en rechazo a que ese Estado paria
la encabece. Aclaró que su acción es un gesto de apoyo al autoproclamado presidente encargado
de Venezuela, el opositor Juan Guaidó, a quien le expresó su deseo de trabajar en el futuro
en este encuentro.
Wood, junto con las representaciones de Argentina, Chile, Colombia, Brasil, Paraguay, Panamá y Perú abandonaron la sala cuando Jorge Valero, embajador de Venezuela ante la ONU en Ginebra, tomó la palabra tras recibir la presidencia de la Conferencia de Desarme.
Lindsey Graham, senador estadunidense, sugirió el domingo pasado, en entrevista para la cadena Fox, que su gobierno debería considerar una invasión militar a Venezuela, similar a la que Ronald Reagan realizó en Granada en 1983, si Cuba no sale
del país petrolero y los militares venezolanos apoyan a Maduro.
Sin interrupciones, Valero rechazó las maniobras de Estados Unidos y los miembros del Grupo de Lima de usar el foro para promover matrices de opinión golpistas e intervencionistas contra el gobierno que preside Nicolás Maduro
.
Denunció que Washington impide los pagos del país, por conducto de la banca internacional, y no le permite importar medicamentos y bienes necesarios para el desarrollo del pueblo venezolano
. Resaltó, al citar estudios del Centro de Estudios Latinoamericanos de Geopolítica, que las sanciones y bloqueos unilaterales han provocado un daño por 350 mil millones de dólares.
En tanto, representantes de Maduro y Guaidó retomaron ayer las conversaciones exploratorias en Oslo, auspiciadas por el gobierno de Noruega, para facilitar una solución a la crisis en Venezuela, que según Estados Unidos debe hacerse con la salida del poder del mandatario socialista.
Fuentes del grupo opositor, consultadas por el diario venezolano El Nacional, indicaron que la agenda a tratar es la salida de Maduro mediante elecciones libres. El Centro de Comunicación Nacional del Palacio de Miraflores aclaró que todavía no hay ni agenda ni acuerdo pactado para estos contactos.
La televisora pública noruega NRK precisó que las partes se reunieron el lunes pasado, y que podrían terminar antes del viernes, para hablar de la posibilidad de convocar nuevos comicios.
En otro orden, Erick Altuve, uno de los cuatro menores con cáncer que murieron mientras esperaban un trasplante de médula en Venezuela, fue velado por sus familiares en el barrio de Petare, en Caracas.
Decenas de personas protestaron la semana pasada frente al Hospital Pediátrico J M de los Ríos para responsabilizar al gobierno de Maduro del colapso en la atención médica. Autoridades argumentaron que las sanciones estadunidenses impidieron a Venezuela usar dinero para llevar a los niños a Italia, donde recibirían sus trasplantes.
En tanto, el canciller Jorge Arreaza tuiteó ayer que las sanciones de Estados Unidos a Venezuela impiden que el gobierno pague el tratamiento, financiado por PDVSA, a un grupo de niños en Argentina para hacerles un trasplante de hígado.
Isabella es una venezolana de casi dos años que nació con una enfermedad congénita y tuvo que recibir trasplante. Su tratamiento estaba a cargo de la Fundación Simón Bolívar, pero en febrero notificaron a sus padres que no recibirían la ayuda debido a la sanciones contra Citgo, filial de la estatal PDVSA en Estados Unidos.
En otro orden, después de más de tres años sin dar indicadores económicos, el Banco Central de Venezuela reportó ayer que la inflación en 2018 cerró en 130 mil por ciento, mientras este año fue de 114.4 en febrero; 34.8 en marzo y 33.8 en abril, al tiempo que enero reportó la mayor alza en los precios al consumidor con 196.6 puntos porcentuales.