Hace más de 10 años, cuatro amigas se juntaron para tocar rock.

Saber que había pocas mujeres en la escena no fue impedimento para desarrollar su creatividad y superar micromachismos.

Así surgió Ruido Rosa, con su onda roquera poderosa y energética.

El cuarteto lanzará el próximo viernes su reciente disco: Fragmentos, el cual tiene un nuevo sonido y una nueva visión de lo que se maduró durante un receso, que tuvieron la vocalista Alejandra Moreno, la guitarrista Daniela Sánchez, la bajista Carla Sariñana y la baterista Alice Zepeda.

Las nuevas canciones, como Renacer o Solo, explicó Moreno en charla con La Jornada, son un reflejo de su perspectiva actual y de la madurez que han logrado con el paso de los años. Son temas que marcan un nuevo ciclo y la transformación actual de Ruido Rosa.

Este álbum, añadió la intérprete, abre una nueva página en la carrera de la banda con un sonido más pulido y fresco que sorprende a cualquiera con el poder que emergen de seis canciones producidas por Mylko.

En realidad, Fragmentos surgió en varias sesiones en el año, porque estuvimos separadas, pero siempre mantuvimos conexión.

El amor propio, central

Los temas “hablan del amor, pero más bien del amor propio y de poner límites. Renacer se refiere al hecho de tomar las riendas de las situaciones tal como lo hacemos ahora”.

Moreno, quien recordó que en sus inicios la banda fue escogida por Kiss para abrir tres de sus fechas en México, aseguró que siempre han sido perfeccionistas y trabajaron de manera ardua para darse a conocer en la escena musical.

Cada paso que dio la banda estuvo basado en el trabajo y los escalones que subimos fueron resultado de lo que hacíamos. Así llegó la invitación para abrir a Kiss sin tener ningún disco. Antes, habíamos participado en concursos de bandas y ya teníamos presencia sobre el escenario.

Alejandra Moreno acepta que han enfrentado obstáculos por ser mujeres y roqueras.

Es cierto que existen micromachismos, pero en realidad nunca hicimos caso de eso ni nos tocó ninguna situación fuerte.

Recordó: “cuando éramos más chiquitas y nos preguntaban sobre eso, respondíamos: ‘es lo mismo, nos da igual’. Lo cierto es que nunca le dimos peso a eso de armar un grupo sólo por ser mujeres, porque en realidad éramos cuatro amigas que nos juntábamos para tocar.

“Con el paso del tiempo nos dimos cuenta de que sí hacía falta una banda roquera femenina. En ese momento éramos las únicas; poco a poco aparecieron más proyectos de mujeres. La importancia –subrayó– radica en que la gente te vea, que estés ahí para el público y creo que este tema se enfoca más en un aspecto de visualización.”

Sin duda, sí hay obstáculos, reiteró la cantante, pero el cuarteto no se ancló en ellos; por el contrario, prefirió evolucionar de manera natural.

Por ejemplo, admitió, “todavía sentimos esa sensación de que no tienes que estar sobre el escenario. Nos sigue pasando que llegas a un soundcheck y siempre te preguntan: ‘¿con quién vienes?’, porque (para los otros) nunca eres de la banda. Siempre creen que llegas con alguien o eres la novia de..., pero seguimos lidiando con eso como pasa con todas las profesiones en México. El mundo machista está latente en todos lados, pero son cosas pequeñas las que nos han pasado, las cuales nos hicieron perseverar”.

El rock, puntualizó, es lo que nos gusta hacer, componer y presentar, porque nos sentimos cómodas en este género en el que mezclamos las influencias de cada una ya sea de blues, metal o funkie.

Ruido Rosa llega a los escenarios con un rock muy rudo, energético y poderoso, lo que refrenda con Fragmentos y la música que crea. No queremos dejar de trabajar; pretendemos tocar más, asegura Alejandra Moreno.