Hay confianza en los estudios científicos de la obra en el sur, dice la científica
Miércoles 22 de mayo de 2019, p. 13
Las estaciones de Tenosique y Palenque del Tren Maya pueden construirse si se realiza un trabajo cuidadoso de protección ambiental, pues ya existe infraestructura ferroviaria, de acuerdo con la científica Julia Carabias Lillo.
En conferencia de prensa realizada ayer para dar a conocer la labor que realiza como coordinadora de un proyecto en la cuenca del río Usumacinta y su zona marítima de influencia, explicó que existe confianza en los estudios científicos que se hacen para construir la parte sur del tren.
Detalló que la zona de Tenosique y Palenque forma parte del territorio que un equipo multidisciplinario estudia en la cuenca del Usumacinta desde el 2013, como parte del proyecto Fondo Institucional de Fomento Regional para el Desarrollo Científico, Tecnológico y de Innovación, por lo que conoce estos lugares.
Al explicar la labor que realizan alrededor de 350 investigadores en dicha cuenca, detalló que se trata de una zona estratégica ambiental que comparten México y Guatemala, donde diferentes factores, entre ellos la deforestación, han provocado cambio en la temperatura.
Indicó que si bien en la zona faltan estaciones meteorológicas, por el estudio que ha hecho el Centro de Cambio Global y la Sustentabilidad se puede advertir variación en la temperatura de dos a tres grados, sin que esto se haya convertido en un patrón.
La cuenca del Río Usumacinta y su zona marítima son vulnerables a impactos del cambio climático, por lo que también podría ocurrir un posible aumento de lluvias, con mínimos más altos en algunas zonas, lo que generaría impactos ambientales, expuso.
La secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales durante la gestión presidencial de Ernesto Zedillo detalló que el proyecto en esta cuenca binacional es de gran importancia, pues proporciona servicios ambientales estratégicos no sólo para México y Guatemala, sino a escala global.
Tercera parte de la riqueza hídrica nacional
Ese lugar alberga la tercera parte de la riqueza hídrica nacional y en total comprende 7 millones de hectáreas desde Panamá, pasando por Guatemala hasta el sur de México, donde sólo en la parte mexicana se perdieron 461 mil 795.3 hectáreas de vegetación primaria entre 1993 y 2017.
La investigadora de la Facultad de Ciencias de la UNAM dijo que entre los desafíos de la cuenca se encuentran reducir la deforestación y replantar árboles, incrementar resiliencia de socioecosistemas y evitar que los sistemas acuáticos se contaminen por escurrimiento de aguas residuales y desechos de actividades productivas.