Denuncian violación de amparos
Espurio, consejo indígena que dio visto bueno a la obra, afirman
Miércoles 22 de mayo de 2019, p. 27
Pobladores de la comunidad otomí de San Francisco Xochicuautla, municipio de Lerma, estado de México, expresaron su rechazo a la construcción de la autopista Toluca-Naucalpan porque se está cometiendo un ecocidio
al fragmentar el bosque y afectar los mantos acuíferos.
En conferencia de prensa, añadieron que el uso de explosivos ha causado trastornos respiratorios a habitantes de la comunidad indígena, especialmente a niños, y las vibraciones han dañado viviendas.
Jaime Vargas González, integrante del Consejo Supremo Indígena de la comunidad de San Francisco Xochicuautla, y los habitantes Lucero González Flores y Héctor González Sánchez, lamentaron que pese a que existen cuatro amparos que ordenan parar las obras mientras se resuelve el juicio, continúa la destrucción del bosque otomí, considerado área natural protegida con categoría de santuario del agua.
Vargas González dijo que los trabajos, que comenzaron en 2007, perjudican a pobladores en un tramo de unos siete kilómetros de los 29 que tendrá la carretera. Están cometiendo desacato, porque un juez dice que se dejen las cosas como están hasta que acane el juicio
.
Sostuvo que las empresas constructoras han contratado golpeadores
para amagar a los residentes y sostuvo que la zona es además un lugar sagrado
.
Denunciaron que el consejo supremo indígena restaurado
apoya los intereses empresariales, fue electo de manera ilegal
y no tiene injerencia en las decisiones. Remarcaron que la autoridad recae en el Consejo Supremo Indígena de la Comunidad de San Francisco Xochicuautla.
Están violando nuestros derechos humanos. Como comunidad indígena tenemos autonomía, autogobierno y autodeterminación sobre nuestras tierras. Además, no se cuenta con un estudio de impacto ambiental ni con permiso de la Secretaría de la Defensa Nacional para usar explosivos
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