Nadie ha muerto por exceso de cannabis, pero por el alcohol, sí
Consumidores hablan sobre las ventajas culinarias y de salud de la yerba
Martes 21 de mayo de 2019, p. 29
Más allá de lo que muchos piensan, hay consumidores de la cannabis que se reivindican lúcidos y exitosos en su ámbito profesional y de vida. Aquí, dos testimonios.
Ximena Castro Bohorquez, defiende orgullosa y convencida, “soy abogada. Me dedico a restructuraciones financieras y asesoría empresarial. Lo aclaro, porque la concepción es que los usuarios de mariguana somos buenos para nada, parias sociales, vagos. Y no, yo he recibido reconocimientos de la Bolsa Mexicana de Valores por mi trabajo.
“Tengo 41 años y una enfermedad llamada miomatosis uterina de grandes elementos: ocho tumores en la matriz del tamaño de toronjas. Cuando me la diagnosticaron y tras numerosas consultas, los médicos propusieron hacerme una histerectomía, con la cual a los 35 años quedaría menopáusica.
“A punto de operarme, vi un programa sobre medicinas alternativas. Para recuperarme, caminé, suprimí las carnes y dejé por completo las medicinas, pues además necesitaba desintoxicar mi cuerpo para reducir el tamaño de los tumores.
“Ahí mismo busqué cómo aliviar los fuertes dolores y al mismo tiempo seguir trabajando. ¿Cómo lo hice? Fumando mariguana. Y empecé: ¿me va a dar dolor de cabeza? Fumo mariguana. ¿Tengo los bronquios contraídos? Fumo mariguana, ya que si la inhalas o la fumas directamente empiezas a extraer las flemas.
“Ya la fumaba como algo social. No tomaba alcohol, y un porro me permitía estar con mis cuates sin emborracharme. Te pones lento, te pondrás a reír o irte a dormir, pero no despiertas y dices ‘híjole, ¿qué hice ayer?’ La mariguana no te lo hace.
“No tengo amigos que hayan muerto por exceso de mariguana y sí muchos fallecidos por situaciones de alcohol, porque éste sí es una adicción, una enfermedad y la mariguana no. Puedo fumarla diario, y luego seis meses sin consumir nada. Al mariguano podrá antojársele, pero no se pondrá agresivo ni violento. Si la conseguiste, chido y si no, también.
“El THC (sustancia sicoactiva de la mariguana) te ofrece un efecto de relajación durante un máximo de dos horas. Alguien con dolor crónico puede comerla, ya sea que la cocines o la mastiques como si fuera epazote. El efecto analgésico puede durar ocho horas.
Uno mismo, y en función del nivel de dolor, se dosifica en su consumo. Tu cuerpo y forma de ser te harán saber cuánto necesitas. La idea es que puedas llegar a tener una vida normal, sin dolor.
Claman su legalización
“Ahora uso gotas de CBD (cannabidiol, no sicoactivo y utilizado en aplicaciones médicas) que compré en Estados Unidos porque mitiga los dolores crónicos.
“No considero que la cannabis deba permanecer ilegal. Regularla impulsaría la economía en México. Se estiman en más de 630 millones los consumidores lúdicos en el mundo, y más de mil 200 millones de enfermos que recurren a la mariguana medicinal en tratamientos contra cáncer o alzhemier. El país sería potencia si la regulara: se crearían empleos, entrarían divisas, se podrían cobrar impuestos.
Paco Weed tiene un tono dulce, pero no es menos vehemente para reivindicar su derecho a trabajar con cannabis para usos terapéuticos. Y consumirla:
“No se trata de esconderse, no hacemos nada malo. Pregono que es una planta que no trae violencia. Y en nuestro caso, tampoco esa parte oscura del narcotráfico. Estoy orgulloso de hacer cosas para ayudar a la gente con cáncer, con esclerosis. Y eso se tiene que saber.
“Soy chef de profesión con 19 años en la cocina. Estuve en restaurantes de estrellas Michelín con Martín Berasategui, con Juan María Arzak. Me tocó la época de empezar la cocina molecular y eso me permitió entender las plantas porque extraíamos la clorofila de la menta, de la yerbabuena.
“Empecé ayudando al padre de un amigo que sufría mucho. Al final no pude, el señor falleció. Serán seis años haciendo esto. Es increíble que unas gotas de algo tan simple y orgánico contribuyan a curar cáncer.
“Así me inicié en la parte medicinal. En realidad, en ese momento ni consumía cannabis. Me molesta que la llamen droga, porque aquellas están hechas a partir de procedimientos sintéticos.
“Venimos con ideas retrógradas y conservadoras. Decir que la planta es mala, es mentira. Ahora tenemos un centro de investigación específico, por eso me doy cuenta.
“Cuando regresé a México y después de haber visto a mis compañeros cultivar cannabis, empecé a hacerlo. Compré mi sistema de cultivo, vi tutoriales en YouTube. Y hoy sólo procesamos yerba de otros cultivadores.
“Tenemos la licencia de la cerveza artesanal La Grifa con la que trabajamos el cáñamo (planta de cannabis para uso industrial) que lleva el sabor de la mariguana pero sin las sustancias sicoactivas.
“A partir de procesar esa planta, derivamos a la experimentación de productos médicos; cocinamos y hacemos como 15. La parte química la aprendí por ser chef. La única limitación es la creatividad, es un producto totalmente aprovechable: desde la fibra del tallo, los aceites. Aprovechar lo que tiene de medicinal, sin usar la parte recreativa.
“En la cocina sí utilizamos componentes donde está el THC. No tengo ninguna limitación: pasta, galletas, brownies, chocolates, pasteles, merengues. Cualquier cosa.
“Debo aclarar: no estoy a favor de cocinar con esa yerba. Si la gente lo pide, lo hago. Pero como chef, amo tanto la cocina y la respeto como para hacerlo. A la gente le explico que dependerá mucho (para lograr un efecto sicoactivo) de la digestión de cada persona.
“Soy de la idea de regular totalmente la siembra y consumo porque la gente entendería más la naturaleza a partir de la planta. Es además lo que levantará la economía de México, lo estamos esperando. Eso tiene que pasar, la legalización va porque va.
Soy muy mariguano y también dueño de dos empresas muy bonitas y con una carrera intachable. No veo por qué estigmatizar.