En menos de cuatro meses el gobierno de Estados Unidos ha enviado a México a 5 mil 500 migrantes centroamericanos solicitantes de asilo para que esperen de este lado la respuesta a su petición.

Desde el 29 de enero, día en que empezó esta práctica, el número de personas en esa condición ha crecido, pero con mayor notoriedad desde finales de abril.

Según el recuento del gobierno, entre el 16 de abril y el 13 de mayo han ingresado por el puerto fronterizo de El Chaparral, en Tijuana, Baja California, mil 479 personas procedentes de Centroamérica, de manera específica de Honduras, Guatemala y El Salvador.

Mil 836 personas llegaron por la garita Reforma, en Ciudad Juárez, mientras por la de Mexicali se tiene el registro, en ese mismo periodo, de 862 extranjeros que fueron regresados, y faltan de mencionar otros puntos de reingreso.

El gobierno mexicano considera la decisión del gobierno del presidente Donald Trump como una medida unilateral, aunque hasta el momento nuestro país no ha cerrado la puerta a las personas que le envían y que las recibe –afirma– por razones humanitarias.

Desde entonces sólo ha habido una suspensión en el envío de personas, producto de un amparo promovido por un migrante; sin embargo, a partir del 16 de abril se reanudó la práctica.

Las 5 mil 500 personas migrantes en esta condición esperarán aquí la resolución del proceso que interpusieron en Estados Unidos. México, a su vez, tiene su propia lista de solicitantes de refugio.

Al terminar abril había registrado 10 mil 252 casos, que agrupan en total a 18 mil 363 personas, un nivel sin precedentes para la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) que requiere, además, revisar los 11 mil 435 expedientes en su poder de 2017, cuando se decretó un cese de actividades a por las afectaciones del terremoto en sus instalaciones.

A eso se agregan los 16 mil 35 en rezago y lo correspondiente a 11 mil 362 personas más de trámites en curso.