Martes 14 de mayo de 2019, p. 24
Estocolmo. La justicia sueca anunció ayer la reapertura de un caso de 2010 sobre una presunta violación contra el fundador de Wikileaks, Julian Assange, en un intento por que comparezca antes de que prescriban las acusaciones, en 2020, si antes no es extraditado a Estados Unidos.
Este anuncio revive una novela judicial que dura ya casi una década, durante la cual Assange y quienes lo apoyan no dejaron de denunciar que se trata sólo de una maniobra para extraditar al australiano a Estados Unidos, donde es requerido para responder por la publicación de cientos de miles de documentos secretos en Wikileaks.
Assange se refugió en la embajada de Ecuador en 2012 para evitar su extradición a Suecia y, eventualmente, a Estados Unidos. El mes pasado, Quito le retiró el asilo y lo entregó a Scotland Yard.
La querellante en Suecia, quien tenía unos 30 años en el momento de los hechos, conoció a Assange durante una conferencia en Estocolmo. Lo acusa de haberle impuesto una relación sexual la noche del 16 de agosto, mientras ella dormía, y sin usar preservativo, pese a haber rechazado previamente cualquier relación no protegida. Assange siempre ha afirmado que la mujer consintió la relación y aceptó que no se utilizara condón.
Tras el anuncio de la justicia sueca, Wikileaks afirmó que ello permitirá a Assange limpiar su nombre.
En este contexto, en la ciudad californiana de San Francisco, Bryan Carmody, periodista, sufrió el allanamiento de su vivienda, fue esposado y le confiscaron su celular por negarse a revelar su fuente.
Las autoridades investigan quién filtró a la prensa el reporte confidencial sobre la muerte, el 22 de febrero, del defensor público de San Francisco Jeff Adachi.