León enamora // La Máquina, otro fracaso
os Panzas Verdes mantienen el buen paso mostrado desde el torneo regular, para confirmarse como sólidos candidatos al título. En la serie ante Xolos, los dirigidos por Ignacio Ambriz lucieron como un equipo que cautiva, en el que técnico y jugadores están conectados, concentrados y comprometidos. Es la gran diferencia con Monterrey y Tigres, escuadras que cifran sus posibilidades en sus renombradas estrellas.
Los hidrorrayos de Guillermo Vázquez resultaron también una agradable revelación. Todos apostaban al desastre, más aún tras la singular salida del argentino Brian Fernández; sin embargo, Necaxa hizo ver mal al favorito Monterrey, donde el timonel uruguayo Diego Alonso da una de cal por dos de arena. Un día es brillante y al otro se extravía.
Tigres confirmó que sabe llegar a las citas importantes, pero sin respeto a la estética, con un juego desangelado, repulsivo para la tribuna que a estas alturas no espera más títulos conquistados a la desesperada, sino con un estilo que convenza y agrade. El estratega Ricardo Ferretti tuvo la suerte de recuperar a André Pierre Gignac justo a tiempo y un chispazo del atacante francés bastó para ubicarlos en la siguiente ronda.
Al América le bastó imprimir durante algunos lapsos un estilo bravucón, impetuoso y decidido para echar una vez más al desconcertado Cruz Azul y continuar la defensa de su cetro. Las Águilas están aprovechando la crisis del Rebaño, el pasmo del Toluca y la impotencia de La Máquina para ponerse en solitario como el mejor equipo en la historia del futbol mexicano.
Caixinha y sus dirigidos parecían hundidos en un pozo negro tras el juego de ida. Se requirieron varios intentos para zarandearlos: las exigencias, insultos y mantas que el sábado plantaron aficionados en La Noria, la visita del mandamás Billy Álvarez, buscaron también un poco de inspiración en la Champions League y el Liverpool con su apoteósica remontada.
Jonathan Rodríguez anotó un gol, parecía cosa de insistir, pero Caixinha se autosaboteó, sacó al impetuoso uruguayo, el mejor elemento la tarde de ayer, y metió a Édgar Méndez, una piedra. Murieron en el intento, pero otra vez les tocó abrir los brazos al fracaso. Al dolido público le queda el recurso de castigarlos ausentándose del estadio.
Es patético lo que le pasa a uno de los equipos con mayor inversión que llegará a 22 años sin cetro de liga. Hace falta una depuración, no obstante, ya ni ahí es confiable el técnico luso, porque en su miopía el torneo pasado sacó al ecuatoriano Ángel Mena, hoy flamante líder de goleo... Cuando está mal la cabeza, está mal todo.
Con la goleadora Katty Martínez, las Tigrillas buscan su segundo título frente a las Rayadas. El futbol femenil crece a pesar de los desdenes misóginos. La propia Federación Mexicana le resta impulso programando la gran final en un día atípico para festejar, desmotivando a cualquier posible patrocinador: lunes por la noche. A eso y más se tienen que sobreponer las jugadoras, únicas convencidas de que el balompié de mujeres no tiene reversa.
Detrás de la grama verde hay mucho movimiento. Fidel Kuri Grajales pagó los 120 millones de pesos para conservar al Veracruz en el máximo circuito, pero ahora los federativos hurgan en busca de alguna irregularidad. Parece inminente la venta de la franquicia de los Tiburones rojos. Igual crece el rumor de que Lobos será movido de plaza. Ambos conjuntos están entre los equipos con peores entradas durante el torneo que finaliza.
El afán de los directivos es aumentar el número de clubes hasta llegar a 20, pero en realidad sólo un puñado de equipos muestran solvencia económica. Varios de los llamados grandes son demasiado chicos en presupuesto. El gran ejemplo es Chivas, que aparte del desastre deportivo, debe cerca de 400 millones de pesos en impuestos. Y que se fastidie Lolita porque no hay nada para embargar, todo está empeñado en préstamos bancarios.
Así pues, el recién ascendido Atlético San Luis, filial del español Atlético de Madrid, vendrá a toparse con una liga de caricatura.
