Lunes 13 de mayo de 2019, p. 24
Hodeida. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) aseguró ayer que la retirada de los rebeldes hutíes de tres puertos del oeste de Yemen se cumple tal como estaba previsto, mientras desde el gobierno se expresaron dudas de que eso ocurra.
Los puertos de Hodeida, Salif y Ras Isa son cruciales para la llegada de ayuda humanitaria a Yemen, en guerra desde 2015.
Muamar Iryani, ministro de Información, volvió a poner en duda la retirada rebelde que, según los hutíes chiítas, comenzó el sábado en el puerto de Salif.
De acuerdo con el ministro, los rebeldes están transfiriendo el control del puerto a fuerzas que les son favorables.
Ello demuestra que sigue la manipulación
y que hay un intento de evitar la aplicación del acuerdo de paz firmado en Suecia a finales de 2018 con auspicios de la ONU”, agregó Iryani.
Sin embargo, Naciones Unidas asegura que el repliegue se lleva a cabo conforme a lo planeado.
Los tres puertos fueron vigilados en forma simultánea por equipos de la ONU
, mientras las fuerzas militares abandonaban los puertos y los guardacostas asumían la responsabilidad de la seguridad, indicó el organismo mundial en un comunicado.
La verificación formal de Naciones Unidas en los tres puertos de este primer repliegue tendrá lugar este martes, indica un texto firmado por la misión de la ONU encargada de apoyar el cumplimient del acuerdo.
Un alto funcionario yemení calificó la iniciativa de nueva artimaña
de los rebeldes.
Para Al Hasan Taher, gobernador de la provincia de Hodeida, en los puertos mencionados los combatientes hutíes hacen como si se estuvieran retirando, pero transfieren la autoridad de las instalaciones a fuerzas de seguridad que les son favorables, es decir a ellos mismos
.
No hay vigilancia ni de la ONU ni del gobierno, denunció Taher, quien acusó al mediador de la ONU, Martin Griffiths, de colaborar con los rebeldes.
Esta retirada militar de los beligerantes en Hodeida estaba prevista en el acuerdo alcanzado en Suecia entre las partes en conflicto en Yemen.
Hodeida es la principal puerta de entrada para las importaciones y la ayuda humanitaria a Yemen, vital para millones de personas a las que la guerra ha dejado al borde de la hambruna.
El conflicto armado en Yemen opone a las fuerzas gubernamentales, apoyadas militarmente por Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, con los rebeldes hutíes, que cuentan con el apoyo de Irán y controlan amplias zonas del oeste y el norte del país, incluida la capital, Saná.
La coalición liderada por Arabia Saudita intervino en Yemen en marzo de 2015 para contrarrestar el avance de los rebeldes y restituir en el poder al presidente Abd Rabbo Mansur Hadi.
Desde 2015 el conflicto ha provocado decenas de miles de muertos, en su mayoría civiles, indica un balance parcial de la Organización Mundial de la Salud.
Alrededor de 3 millones 300 mil personas fueron desplazadas y más de 24 millones, lo que representa más de dos tercios de la población, necesitan asistencia, según la ONU.