Puebla, Pue., Un campesino identificado como Leonel Díaz Urbano fue asesinado a tiros la noche del jueves, mientras dormía en su casa ubicada en el municipio serrano de Zacapoaxtla, a unas dos horas en automóvil desde la capital poblana. Según testigos le dispararon desde la ventana.

La primera versión fue que era un activista opositor a los llamados proyectos de muerte, pero el Consejo Tiyat Tlali aclaró que Díaz Urbano no participó en la defensa del territorio ni se opuso a la construcción de la hidroeléctrica que se intentó imponer en Tahitic. Al contrario, era partidario de la obra, dijo.

No era un activista social, ni líder indígena en su comunidad, como se ha difundido en medios. En años anteriores fue juez de paz en su comunidad, y apoyó el proyecto hidroeléctrico y empresarial, informó el consejo. Al cierre de esta edición, la Fiscalía General del Estado no había emitido una postura sobre el homicidio.

En cambio, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) condenó el homicidio del líder indígena Díaz Urbano y solicitó al gobierno de Puebla medidas cautelares para salvaguardar a los familiares de la víctima.

La CNDH también solicitó proteger a los pobladores de San Juan Tahitic y a las autoridades realizar una indagatoria amplia, exhaustiva y profesional sobre este homicidio, sin omitir ninguna línea de investigación.

Según los medios –refirió la CNDH–, Díaz Urbano sostuvo una lucha constante para evitar la instalación de una hidroeléctrica en San Juan Tahitic, por los daños irreversibles que causaría al ambiente, porque se removerían 60 hectáreas de vegetación alrededor del río Apulco, además de que se desviaría totalmente su cauce.

En la Sierra Norte han ejecutado a tres activistas en los cinco años recientes. En mayo de 2018 desconocidos torturaron y asesinaron a Manuel Gaspar, opositor a proyectos mineros en la región de Cuetzalan. En 2014 fue ultimado el activista Antonio Esteban Cruz, líder del Movimiento Independiente Obrero Campesino Urbano Popular, opositor aproyectos hidroeléctricos y mineros; y dos años antes Frumencio Solís Cruz fue muerto a balazos.