En la década de los años 80, el heavy metal en México, en su incipiente andar, derrotó algunos de los prejuicios y tabúes que existían en torno al género, como la inclusión femenina en las bandas, salir victorioso en un concurso nacional donde la mayoría de participantes eran músicos o agrupaciones de pop o aparecer en televisión nacional en programas en los que ni soñando lo hubieran logrado.

Logros en los que las mujeres participaron de manera activa, como el conseguido por la banda Ultimátum, integrada por Talo Chárraga, Rafael Covarrubias, Héctor Navarrete y Fernando Meave, liderados por Marcela González en la voz, quienes, en 1986 triunfaron rotundamente en el concurso comercial Valores Juveniles Bacardí, de donde surgieron artista como Mijares o Ana Gabriel, ante más de 13 mil participantes, la mayoría intérpretes de pop y balada romántica.

Relata Talo Chárraga que, al ser una banda que se presentaba en tocadas en frontones, hoyos fonki o en la calle –donde los invitaran–, al escuchar la propuesta de Marcela de inscribirlos en el citado certamen musical, incrédulos ante tal proposición, aceptaron: “Dijimos: ‘¿qué te pasa? ¿Estás segura de lo que estás haciendo?’; pensamos que si ella jalaba, pues nosotros también, por lo que entramos al concurso”.

Ultimátum, que por esos tiempos era parte del esfuerzo por dar a conocer el heavy metal nacional con el nombre de Escuadrón Metálico, al lado de bandas como Ramsés y Luzbel, enfrentó no sólo prejuicios sociales debido a su apariencia y música, sino también a una fuerte y copiosa eliminatoria: de los más de 13 mil participantes, siendo seleccionados entre los 10 mil, luego, después entre los 100, de ahí, a los 24 para la recta final del certamen, proceso que fue transmitido por Televisa.

En esa edición del concurso, los organizadores seleccionaron a jóvenes estudiantes de universidades públicas y privadas para que fueran parte de jurado y abrieron la convocatoria a todo tipo de géneros musicales.

Con la canción Llegaré por ti, Ultimátum se alzó vencedor con el primer lugar del concurso, cuyo premio consistió en la grabación de un disco en CBS, aunque el disco de la banda fue editado a través de OKEH, filial de la trasnacional. Un premio por un millón de pesos (de aquella época) y la aparición en tres emisiones de Siempre en Domingo, que conducía Raúl Velasco.

Presentarse en programas de televisión como Siempre en Domingo o Eco Noticias, marcó un hito en la historia del metal nacional y del rock en general; debido al apoyo que tuvieron durante la justa musical, la banda consideraba que no había ganado Ultimátum, sino la escena heavymetalera mexicana.

Marcela González recuerda que como mujer jamás tuvo dificultades para estar en un escenario, salvo que se enteró de las críticas de los funcionarios de la televisora por la apariencia de la banda.

La mayoría esperaba ver a un hombre vocalista, sin embargo, tuve el honor de ser una de las primeras representantes femeninas del género en México. Siempre he puesto el alma y el corazón cantando y reitero: la música, no tiene sexo, sentencia la vocalista.

Al igual que ella hay una pléyade de mujeres que han dado fuerza a la escena metalera en México. Brenda Marín, Tessy, Virginia Valencia o Elena Coker son sólo algunas de las que han aportado su fuerza y sensibilidad al heavy metal, género pesado, duro, estruendoso, en el que casi nunca han sido asociadas, por ello es necesario hacer un recuento de su participación en el género.

Esa es precisamente la intención de la sesión de escucha Ecos de Lilith: mujeres en el heavy metal mexicano, en la Fonoteca Nacional, el viernes 17 a partir de las 19 horas, donde se analizará la importancia de la participación femenina en la construcción de la escena heavymetalera en México.

Participarán Marcela González, así como Alejandra Mavir, baterista de Gilgamesh, otra agrupación mítica de la escena nacional, así como Kary Rojas, una de las potentes chicas que integran Introtyl, banda que está dando mucho de qué hablar por su calidad.