Viernes 10 de mayo de 2019, p. 27
Moscú. Con su tradicional exhibición de poderío militar en la emblemática Plaza Roja de Moscú –engalanada con el desfile de 13 mil efectivos y una muestra del armamento del ejército ruso, 130 piezas de carros blindados, tanques, cañones y misiles de reciente fabricación, sólo se suspendió por condiciones climatológicas adversas la parte dedicada a la fuerza aérea–, Rusia conmemoró el 74 aniversario del Día de la Victoria en la Gran Guerra Patria, como aquí se denomina la Segunda Guerra Mundial.
Desde la tribuna –montada en un escenario delante del mausoleo de Lenin, pudorosamente tapado con paneles alusivos a la fiesta, como si, al desaparecer de la plaza principal de la capital de Rusia, se preparara el terreno para borrar de la historia de este país post-soviético y capitalista al forjador de la revolución socialista de 1917–, el presidente Vladimir Putin elogió en su breve discurso la hazaña del pueblo soviético que derrotó a los nazis.
Destacó que la victoria correspondió a todos los pueblos que formaron parte de la Unión Soviética y que Rusia siempre reconocerá el heroísmo de quienes se enfrentaron al ejército hitleriano sin importar su país de origen. Por razones naturales, cada vez quedan menos participantes en esa contienda, en Rusia se estima que son cerca de 75 mil nonagenarios.
A diferencia de otros años, esta vez Putin no se refirió a ningún tema de la actualidad internacional, pero dijo que hay países (sin nombrarlos) que distorsionan las gloriosas páginas de la guerra, que convierten en ídolos a quienes, olvidándose de lo que es el honor y la dignidad humana, sirvieron a los nazis, mienten descaradamente a sus hijos, traicionan la memoria de sus antepasados
, frase con dedicatoria a Ucrania y los países del Báltico, según interpretaron algunos analistas locales.
También hizo su ya habitual invitación –en discursos conmemorativos de este tipo– a los países del mundo a tomar conciencia de nuestra responsabilidad común para crear un sistema de seguridad efectivo e igual para todos
. Y advirtió que Rusia sabe lo que es una guerra de esa magnitud devastadora y seguirá haciendo todo lo que esté a su alcance para reforzar la capacidad de combate de sus fuerzas armadas.
Las celebraciones de esta fiesta, que es una de las más entrañables para cada familia rusa, comenzaron con la ofrenda floral que colocó Putin ante la Tumba del Soldado Desconocido, junto a las murallas del Kremlin, siguió con el desfile militar en la Plaza Roja, una recepción en el Kremlin y la marcha de miles de personas con fotografías de sus familiares que participaron en la guerra, que se ha dado en llamar Regimiento Inmortal, la cual empezó hace unos años de forma espontánea y ahora encabeza el propio mandatario ruso con una foto de su padre.
Por la noche salvas de fuegos artificiales iluminaron el cielo de Moscú y las principales ciudades del país.