En la Ciudad de México, alrededor de mil 350 millones de bolsas de plástico al año son utilizadas en diversos establecimientos –como supermercados, tiendas de conveniencia e incluso misceláneas–, las cuales tardan en degradarse hasta 150 años. Tan sólo en un restaurante se ocupan 75 mil popotes, de los que 95 por ciento no son reciclables.

De acuerdo con datos de la exposición de motivos de la iniciativa que presentaron el 28 de marzo las diputadas Alessandra Rojo de la Vega y Teresa Ramos Arreola, ambas del Partido Verde Ecologista de México en el Congreso local, 35 por ciento de la basura que se genera en la capital son envolturas, envases, empaques, embalajes, botellas, bolsas, cajas, papel y cartón.

Diariamente se generan 12 mil 816 toneladas de residuos sólidos urbanos, equivalentes a 1.4 kilogramos por persona. Asimismo, 48 por ciento proviene de casas; 15 por ciento de comercios y servicios; 10 por ciento de mercados; 5 por ciento de la Central de Abasto; 4 por ciento de lugares de diversos sitios y 3 por ciento de residuos hospitalarios.

Ante el incremento en el consumo de bolsas de plástico, la Secretaría de Medio Ambiente lanzó la campaña Sin moño y sin bolsita, por favor, medida que ha buscado reducir la producción de residuos sólidos.

En el Inventario de Residuos Sólidos 2017 de la Secretaría del Medio Ambiente del Gobierno de la Ciudad de México, se refiere que 47.98 por ciento de los residuos provienen de domicilios, principalmente de las demarcaciones Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Cuauhtémoc.

Otras medidas que ha aplicado el gobierno local para aminorar la presencia de desechos de plástico son las máquinas recicladoras en las que la ciudadanía puede depositar envases de PET a cambio de viajes en el Metro, Metrobús, Tren Ligero o Ecobici.