Martes 7 de mayo de 2019, p. a12
Mientras la contienda de Saúl Canelo Álvarez acaparaba la atención, Francisco Bandido Vargas seguía ajustando detalles para su pelea del próximo sábado en Tucson, Arizona, donde intentará recobrar el título superpluma del Consejo Mundial de Boxeo que perdió hace más de dos años ante Miguel Berchelt.
Si el respeto mutuo entre dos púgiles puede restar pasión a un combate, es algo que tiene sin cuidado al Bandido, un peleador con vocación de sacrificio que es capaz de bordear los límites de la inmolación.
No tengo ningún inconveniente personal contra Berchelt
, advierte Vargas, quien perdió el campeonato mundial en enero de 2017; desde entonces el monarca lo defendió en cuatro ocasiones.
Mi reto es profesional
, minimiza; bueno, pero sí queda un extra que es cobrar una cuenta pendiente, y para que llegara la oportunidad pasaron más de dos años
.
El estilo de Vargas es apasionado. Cuando ganó el título ante el japonés Takashi Miura hubo momentos dramáticos: se derribaron, se recuperaron, combatieron de forma incansable hasta el último instante en que el mexicano noqueó al nipón en el noveno episodio y así le arrebató el cinturón.
La primera defensa resultó en empate ante Orlando Siri Salido, pero fue una verdadera carnicería. Los dos mexicanos no dejaron de intercambiar golpes poderosos con el aparente propósito de aquel que resistiera de pie sería el ganador. Según el conteo de la página de estadísticas Compubox, ambos se lanzaron más de dos mil golpes. Una exhibición de coraje y crueldad que fue celebrada por la afición.
Una semana después de la exhibición de boxeo estratégico entre Canelo y Daniel Jacobs, con una cuenta modesta de golpes contundentes y sin explosión, el combate Bandido contra Berchlet podría ganar elogios tan sólo por contraste. A Vargas eso parece no preocuparle. Para él lo único que tiene sentido es el trabajo arduo y concentrar su atención en el campeonato.
Sólo hago mi trabajo, si a la gente le gusta lo que sucede en el cuadrilátero, pues ya ellos decidirán, pero mientras para mí es un asunto profesional
, dice sin aspavientos.