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Documental muestra de forma casi poética la inconfundible obra de Botero
 
Periódico La Jornada
Viernes 3 de mayo de 2019, p. a11

Un espléndido documental sobre la vida y obra del colombiano Fernando Botero comienza a exhibirse este viernes en salas de Cinépolis.

Lina Botero Zea, hija del artista, considerado a sus 87 años el mayor de los grandes de la pintura vivo, dio a conocer que el testimonial, producido por el canadiense Don Millar, cubre la extensa vida de su padre.

No borrar la historia es lo importante, señaló en la presentación del documental que llevó 19 meses de trabajo y abarca locaciones en Madrid, Medellín, París, Mónaco y Nueva York, sitios en los que el artista pasó buena parte de su vida. Además, ofrece vistas de la finca del pintor en Pietrasanta, Italia, en la que el numeroso clan Botero pasa cada año el principio del verano.

De México se incluye una alusión pictórica de cuando Botero pasó una semana en Zihuatanejo y coincidió con la presentación de un circo. Lina consideró que la estancia de su padre en este país le dejó gran influencia sobre todo del muralismo de Diego Rivera.

El filme cubre la vida de Botero e incluye desde sus primeras ilustraciones cuando tenía 17 años y colaboró para un suplemento literario en su natal Medellín, hasta sus trabajos de denuncia social sobre los monstruosos abusos y vilezas que los marines cometieron en la prisión de Abu Ghraib durante la guerra contra Irak.

El documental resulta casi poético por el colorido de la obra de Botero con sus inconfundibles figuras de proporción obesa, pero de expresiones limpias e ingenuas.Aparecen imágenes de las exposiciones montadas en Oriente, visitadas por millones y disfrutadas por niños y adultos.

Música sinfónica

En la cinta, acompañada de música original interpretada por un conjunto sinfónico, Botero da testimonio de las donaciones de su obra a dos museos en Colombia, y de cuando un amigo cita que alguien comentó que uno de los recintos no estaría completo sin un cuadro de Monet. Tiempo después el pintor elegantemente envío una nota al quejoso haciéndole saber que había adquirido una obra del francés y la donaría al museo.

Hay anécdotas como la de cuando Botero se presentó en la casa de Pablo Picasso y el portero lo despidió por no tener cita con el español. Años después el público europeo disfrutó de una exposición conjunta de ambos estelares.