Rescate en Pasta de Conchos // Larrea: ¿fin a la impunidad?
ranscurridos 13 años desde la tragedia en Pasta de Conchos, por primera vez surge una posibilidad real para rescatar los 63 cuerpos desde entonces sepultados bajo toneladas de roca en aquella mina coahuilense, concesionada al tóxico empresario Germán Larrea y su Grupo México, periodo a lo largo del cual sólo se ha registrado una constante: impunidad garantizada para el zar del cobre y su consorcio, responsables de ese homicidio industrial.
Ayer el presidente López Obrador anunció que en un acto de justicia y humanidad, el gobierno federal inicia los trabajos de búsqueda de los cuerpos de los trabajadores que quedaron atrapados en la mina Pasta de Conchos, Coahuila, en febrero de 2006. El diálogo con las familias ha dado inicio, no se escatimarán recursos y el Estado mexicano pedirá perdón a los afectados
.
A partir de ya, las acciones de rescate quedan formalmente a cargo de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social. Luisa María Alcalde habló con los familiares de los mineros y es una petición que vienen haciendo desde hace mucho tiempo. Ya tienen dictámenes, han ido avanzando, ha sido su demanda principal. Entonces, tomamos la decisión de hacerlo nosotros.
Aquel 19 de febrero de 2006, 65 mineros quedaron sepultados en la profundidad de Pasta de Conchos, y de ellos solos dos cuerpos fueron rescatados. El resto permanece allí, ante la negativa, negligencia y complicidad de tres inquilinos de Los Pinos (Fox, Calderón y Peña Nieto) con Germán Larrea, a quien garantizaron impunidad absoluta y más concesiones.
Dijo López Obrador que para el rescate de los cuerpos “se buscó a Germán Larrea, aunque ya en otra ocasión yo se lo había planteado, y está fuera del país. Nosotros tomamos esta decisión. Estoy seguro de que no va a oponerse, porque es una decisión con dimensión humanitaria y es también una decisión del Estado mexicano. Como Presidente de la República he tomado esta decisión y tengo facultades, podemos hacerlo. Y no creo que se oponga… Si ayuda, bienvenido; si no, de todas maneras, lo vamos a hacer”.
Aquí se equivoca rotundamente el Presidente de la República, porque si algo ha hecho el tóxico empresario a lo largo de los últimos treces años, además de mantenerse impune, es oponerse y evitar a toda costa el rescate de los cuerpos de los mineros fallecidos en Pasta de Conchos. Incluso, en octubre de 2013 obtuvo un amparo para evitar, una vez más, una acción en tal sentido.
Es necesario recordar que, desde el momento mismo de la explosión en la mina coahuilense, Larrea (quien nunca, como el entonces inquilino de Los Pinos, Vicente Fox, hizo acto de presencia en el lugar de los hechos) y su Grupo México se lavaron las manos, a los cinco días de la explosión cancelaron los trabajos de salvamento, iniciaron la cacería del líder minero Napoleón Gómez Urrutia y dejaron que el gobierno panista limpiara el tiradero. Y él tan campante.
En aquel entonces, como a lo largo de los trece años transcurridos, Larrea y Grupo México cínicamente afirman que no están obligados a realizar los trabajos de rescate de los cuerpos, ni ser los responsables de los costos e indemnizaciones por los daños. Ello, desde luego, con la confianza que les daba contar con gobiernos incondicionales (léase Fox, Calderón y EPN).
Meses después de obtener ese amparo (en agosto de 2014, con Peña Nieto en Los Pinos), Larrea y Grupo México, por medio de su empresa Buenavista del Cobre, en Cananea, Sonora, causaron el peor desastre ecológico minero en la historia de nuestro país
(Semarnat dixit), pero al tóxico empresarios no lo tocaron ni con el pétalo, no le cancelaron la concesión minera y lo han mantenido impune.
Las rebanadas del pastel
De nueva cuenta fracasó la intentona de golpe de Estado(s Unidos) en Venezuela, y el conflicto fabricado por los gringos ya calentó al gran oso: la interferencia de Washington en los asuntos de un país soberano es una grave violación del derecho internacional y nada tiene que ver con la democracia
(Serguéi Lavrov, ministro ruso de Exteriores).
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