Víctor Luis Urquidi Bingham es indudablemente uno de los más importantes economistas mexicanos y latinoamericanos del siglo XX. Fue uno de esos hombres raros, intelectuales, que estuvo siempre pendiente en todos los campos y actividades con una destacada presencia en los foros e instituciones internacionales.

Fue así como un pensador visionario introdujo temas de gran trascendencia para la vida del país durante la segunda mitad del siglo XX: cuestiones de población, medio ambiente, ciencia y tecnología, así como los estudios prospectivos que dieron lugar a la creación del Consejo Nacional de Población y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.

Así lo describe su biógrafo Mauricio de María y Campos, investigador asociado del Centro de Estudios Económicos de El Colegio de México, al cumplirse 100 años del nacimiento de Urquidi Bingham este 3 de mayo, y con ese motivo el Colegio de México, junto con Banco de México , la Comisión Económica para América Latina, el Centro Tepoztlán y la sección mexicana del Club de Roma han organizando un homenaje a celebrarse este jueves. 

–¿Cómo cree que actuaría el doctor Urquidi ante los desafíos que enfrenta hoy la economía mexicana ? 

–En los últimos años de su vida yo estaba de embajador en Sudáfrica y vine a verlo, estaba entonces bastante preocupado de que no había suficiente crecimiento económico y creación de empleos y no se estaban cumpliendo una serie de metas sociales y ambientales.

“Creo que actualmente sería una persona que estaría alzando la ceja y preguntando ¿por qué no progresamos? Estaría lanzando nuevas ideas, nuevos proyectos. Acercándose modestamente al sector público, siempre objetivo e implacable, pero muy insistentemente en las líneas básicas para satisfacer las necesidades de 120 millones de personas y también pensando a largo plazo.

“Él estaría muy pendiente de que hubiera un buen y cabal gobierno que administrara las ideas y llevará a cabo las transformaciones que se necesitan, incluyendo la atención de esos problemas que le preocuparon siempre, como la igualdad y la distribución del ingreso y la riqueza, así como haciendo análisis sobre el cambio vertiginoso que observaba en materia tecnológica.

Mentes como él se necesitan para salir de lo inmediato y poder trazar futuros posibles.

Urquidi fue un economista político que se introdujo a los temas sociales y durante el tiempo que trabajó en la Secretaría de Hacienda, en el Banco de México y como representante de la Comisión Económica para América Latina en su sede para México y Centroamérica siempre tuvo la cualidad de estar muy bien informado y activo en todos los temas de las ciencias sociales y con una perspectiva a largo plazo.

“Era un hombre que se anticipaba a los temas importantes que enfrentaba México y el mundo y sabía traerlos para su discusión. Participó por ejemplo en las negociaciones que se realizaron para la creación del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial al final de la Segunda Guerra Mundial.

“Él como un joven economista, apoyando a Daniel Cossío Villegas y al ministro de Hacienda de entonces, Eduardo Suárez, tuvo un papel muy importante en reuniones en que participó el gran economista inglés Keynes, donde se decidió todo el futuro de la estructura internacional.

Después como académico invitado por Cossío Villegas a El Colegio de México hizo una gran labor no solamente como director del Centro de Estudios Económicos y Demográficos y después como presidente de El Colegio de México, durante 20 años que fueron claves en la formación de educadores, investigadores y futuros funcionarios públicos mexicanos.

Una buena parte de los cancilleres de México, como Bernardo Sepulveda y Rosario Green fueron formados en El Colegio de México.