Lunes 29 de abril de 2019, p. 21
Dos instancias judiciales de Estados Unidos dictaminaron que la empresa mexicana Grupo Cementos de Chihuahua (GCC) debe pagar a su filial boliviana Compañía de Inversiones Mercantiles (Cimsa) una multa millonaria por daños ocasionados a partir del incumplimiento de acuerdos establecidos.
En abril de 2015 la Comisión Interamericana de Arbitraje Comercial fijó una indemnización por 36 millones de dólares, cifra que fue ratificada hace unos días por un juez de distrito de Colorado, quien aumentó a ese monto los intereses generados a la fecha en que el laudo sea cumplimentado, lo cual, a estas alturas, suma 44 millones de dólares.
Grupo Cementos de Chihuahua se niega a cumplir esa orden argumentando que el litigio debe llevarse a cabo en Bolivia.
El director ejecutivo de la empresa, Enrique Escalante, explicó que la resolución del juez de distrito reconoció el laudo de daños en Estados Unidos, pero nosotros seguimos refutando esa decisión, ya que no reconoce los fallos anteriores de los tribunales bolivianos, que consideran el laudo de responsabilidad nulo y en favor de GCC
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El asunto comenzó a principios de 2010, cuando Grupo Cementos de Chihuahua manifestó interés por vender su porcentaje de acciones que tenía en la Sociedad Boliviana de Cemento (Soboce).
Cementos de Chihuahua y Cimsa comenzaron a negociar formalmente las condiciones para que ésta adquiriera la participación de GCC en Soboce.
La firma boliviana hizo una oferta, pues el convenio establecía que si una de las partes vendía sus acciones, quien tendría la primera palabra de compra sería el socio directo, en este caso Cimsa.
En mayo de ese año se llegó a un acuerdo para que GCC vendiera a Cimsa 44.5 por ciento del capital accionario de Soboce por 99.7millones de dólares.
Mientras Cimsa y GCC negociaban la operación, el gobierno de Bolivia expidió un decreto de expropiación sobre la participación accionarial que Soboce tenía en Fancesa (otro importante fabricante de cemento en Bolivia).
Soboce era propietaria de 33.34 por ciento del capital de Fancesa).
La expropiación desanimó a los inversionistas que iban a financiar la compra de títulos de Soboce por Cimsa, por lo que el acuerdo entre GCC y Cimsa no llegó a concretarse.