Madrid. A sólo dos días de que los colegios electorales abran sus puertas y empiecen a recibir los votos de ciudadanos españoles, se hicieron públicos los índices oficiales del desempleo, lo que añadió más nerviosismo y tensión a la recta final de la campaña.

El primer trimestre de 2019 arrancó con la desaparición de casi 94 mil puestos de trabajo, lo que supuso el aumento de casi 50 mil personas a las listas de los parados (los ciudadanos que cobran la prestación pública por desempleo). Los candidatos de la derecha, que llevan toda la campaña alertando sobre una inminente recesión por las políticas económicas del socialista Pedro Sánchez, descargaron toda su propaganda para llamar al voto del cambio si no se quiere entrar de lleno a una nueva crisis económica.

En los debates electorales y en el curso de la campaña se ha hablado de economía, pero sobre todo para que los cinco partidos en disputa defiendan sus respectivos programas para la creación de empleos. La tesis del socialista Pedro Sánchez, presidente del gobierno, es que la economía española es estable, que ya pasó lo peor de la crisis económica –que provocó una devastación social desde 2009 hasta la fecha– y que con sus políticas socialdemócratas no sólo se reactivará y fortalecerá el tejido productivo, sino que también habrá una mejora masiva en la calidad del empleo y la redistribución de la riqueza.

Las tres formaciones de derecha; el Partido Popular, Ciudadanos y los ultras de Vox, han insistido a lo largo de la campaña que la política económica de Sánchez es el preámbulo de una nueva crisis y de una masiva destrucción de empleo. Un discurso calcado al de otras contiendas, en las que se apela al voto del miedo para sumar más gente a su causa.

Sin embargo, en esta ocasión hubo una mala coincidencia, al menos para los intereses de la izquierda y del partido en el poder, al hacerse públicas –como corresponde– la encuesta de la Población Económicamente Activa sobre el primer trimestre del año. Cabe recordar que el socialista Sánchez asumió el poder hace sólo 10 meses, tras una moción de censura que permitió el derrocamiento del derechista Mariano Rajoy.

Por eso esos datos macroeconómicos han desatado los nervios en la calle Ferraz –sede del PSOE–, pues confirman el riesgo de una nueva crisis y sobre todo el cambio en la tendencia, como ya habían alertado organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la OCDE.

Entre enero y marzo de este año se perdieron 93 mil 400 empleos, 0.5 por cierto más respecto del trimestre anterior, lo que ubica el total de ocupados en 19 millones 471 mil 100 personas. Este recorte de puestos de trabajo es inferior al experimentado en el primer trimestre de 2018, cuando desaparecieron más de 124 mil plazas, pero supera los registros de 2016 y 2017. El gobierno insiste en que se trata de una cuestión coyuntural, propia de los fenómenos estacionales, pero la oposición aprovechó el informe para lanzar mensajes alarmistas sobre el futuro de la economía española.

Mientras, la premura del adelanto de los comicios obligó a numerosos ciudadanos a solicitar el voto por correo, ya sea porque esos días van a estar de viaje o sencillamente no sabían a ciencia cierta si podrían acudir a las urnas. Según los informes de la Junta Electoral Central al menos un millón 350 mil ciudadanos solicitaron su voto a distancia, lo que ha provocado largas filas en las oficinas de correos.

Según informó la dependencia pública, el día de ayer hicieron cola alrededor de 600 mil personas, de los cuales lograron votar 250 mil.