En todas las áreas de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) se halló corrupción, afirmó su titular, José Alonso Novelo Baeza, durante su comparecencia en el Senado.

El organismo se convirtió en facilitador de los intereses económicos de la industria farmacéutica, por lo que se incurrió en abusos y se perdió de vista que somos un brazo del Sector Salud, no somos economía, indicó el funcionario.

Señaló la manipulación que ha habido para autorizar la venta de medicamentos innovadores con un comité encargado de la evaluación de los productos, cuyos integrantes tenían conflicto de intereses y estaban a disposición de los laboratorios farmacéuticos.

En tanto, la industria de medicamentos genéricos está trabada. Aunque estos productos representan 85 por ciento del mercado y son de bajo costo, no solucionan las causas de las enfermedades, pues la mayoría sólo atiende los síntomas, por lo que Novelo Baeza planteó que se debe apoyar el desarrollo de los laboratorios nacionales.

Sobre el uso medicinal de la cannabis, dijo que la Cofepris se concentrará en la regulación de los aspectos científicos y médicos, nada más. Entre los temas prioritarios de su plan de trabajo están las modificaciones de los lineamientos sobre los productos con cannabis y que en cuatro o cinco meses se dé la reforma a la norma oficial mexicana sobre el etiquetado de alimentos y bebidas.

También se harán cambios al reglamento sanitario de publicidad, en específico en la dirigida a la infancia, se reorientará el trabajo del comité de moléculas nuevas ya con otros integrantes, se simplificarán los trámites y reducirá el número de trabajadores de la Cofepris.

En su diagnóstico, el comisionado indicó que en la dependencia también prevalecía la discrecionalidad, pues sin criterios específicos se daba prioridad a algunos trámites mientras otros se quedaron sin resolver. Dijo que al llegar, se identificaron más de 29 mil inconclusos, algunos desde 2006 y ya se ha empezado a darles salida.

A cinco meses de haber comenzado su gestión el nuevo gobierno, la de ayer fue la primera presentación pública sobre el diagnóstico de la situación en la Cofepris y en la que se habló del plan a seguir. Era un asunto tan esperado que saliera de nosotros, de viva voz. El momento ha llegado, señaló Novelo Baeza y procedió a enlistar el cúmulo de deficiencias que se identificaron desde el periodo de transición.

Resaltó que la comisión cobra por realizar los trámites más de mil millones de pesos al año. De ahí la importancia en mejorar la transparencia, eficacia, la profesionalización del personal y la rendición clara de cuentas.

Mencionó el caso de los terceros autorizados que surgieron ante la supuesta incapacidad de la Cofepris para atender a los usuarios. Son empresas que precalifican las solicitudes para el registro de medicamentos y plaguicidas, entre otros, con la finalidad de agilizar los procesos, según se informó en años anteriores.

Novelo Baeza indicó que hay 222 terceros autorizados y sospechamos que se pasaron, además de que se convirtieron, en algunos casos, en espacios de corrupción.

Por los senadores habló Noemí Reynoso, del PAN, afirmó que no se debe satanizar a la industria farmacéutica porque desarrolla medicamentos y el gobierno no lo hace. El asunto de que la Cofepris se convirtió en facilitador para los intereses de las empresas, a decir del comisionado, se debe ver como una oportunidad más que como un problema.