En un frenético desahogo ante un hermano casi muerto, un hombre aborda viejos rencores familiares en el montaje unipersonal tragicómico Tokyo y me voy.

La puesta en escena de Fabián Harazatey aborda la historia de un cantante de música vernácula que busca a su familia en coma tras 20 años de incomunicación, explica el actor Alfredo Huereca.

Es un personaje que trae un pasado muy fuerte y arraigado; además, habla de la familia, el amor, de no ser aceptado y con un autoexilio que propicia una mescolanza de sentimientos encontrados y la intención de cerrar círculos que lo llevan a drásticos giros en la trama.

Este hombre, que ha vivido los pasados 20 años en Japón, es cantante de música ranchera pero debe regresar a México porque su hermano sufrió un accidente y está en terapia intensiva.

La historia se desarrolla en esa sala del hospital donde está el hermano postrado y el recién llegado trata de comunicarse con él. Así emerge ese pasado de amor y rencor hacia la familia.

Huereca agrega: Las heridas que llevamos en el alma son más profundas y difíciles de sanar. Eso sucede con Chucho Guerrero, hombre bastante herido por su pasado que quiere sanar y seguir adelante.

Este personaje involucra una vorágine de emociones y desnudarse en escena, añade el actor.

Alfredo Huereca inicio su trayectoria hace varias décadas; se ha desarrollado en diversos escenarios de Estados Unidos y ahora debutará en la Ciudad de México con este espectáculo unipersonal de una hora de duración, el próximo viernes en La Teatrería (Tabasco 152, colonia Roma). La temporada concluye el 28 de junio.