Domingo 21 de abril de 2019, p. 4
Las relaciones entre Estados Unidos y América Latina se han visto profundamente afectadas por el declive de un liderazgo constructivo en la administración del presidente Donald Trump y una combinación de tendencias, expone Tom Long, académico del Departamento de Política y Estudios Internacionales de la Universidad de Warwick.
En su colaboración para el número más reciente de la Revista Mexicana de Política Exterior –publicación cuatrimestral de la Secretaría de Relaciones Exteriores y el Instituto Matías Romero–, Tom Long expone que el primer año y medio de relaciones entre la administración de Trump y la región latinoamericana ha sido exactamente el desastre que el presidente estadunidense deseaba
.
El también profesor afiliado al Centro de Investigación y Docencia Económicas explica en el texto La relación entre Estados Unidos y América Latina y el Caribe en la era Trump
, que desde el inicio de su campaña electoral, Latinoamérica, en particular México, le ha servido de chivo expiatorio
. Así, el desempleo, el consumo de drogas, los crímenes de alto perfil y el déficit comercial que experimenta Estados Unidos parecen tener sus raíces al sur del río Bravo
.
Añade que la política de Trump hacia América Latina carece de coherencia estratégica. Los países y líderes que han apoyado los intereses estadunidenses no han recibido un buen trato ni beneficios concretos
En paralelo, Tom Long expone que en el actual contexto regional y mundial, la combinación del unilateralismo de viejo cuño y el nuevo contexto hemisférico produce una situación novedosa. La política del hemisferio occidental ha entrado en un periodo, por lo menos a mediano plazo, marcado por una falta evidente de liderazgo y no solamente por parte de Estados Unidos
.
Advierte condiciones que producen una falta de viabilidad para el liderazgo de la Unión Americana en las relaciones del continente americano y explica que las asimetrías todavía marcan las relaciones interamericanas.
¿Qué pasa cuando la mayor potencia deja de liderar? La asimetría no deja de existir por la ausencia de liderazgo, pero el orden interestatal regular sí se perturba cuando el país grande se retira (parcialmente) del escenario
. Ante ello, en la práctica surge un contexto internacional que Tom Long denomina asimetría acéfala
.
Concluye que la combinación de la asimetría acéfala y las políticas de Trump crean un dilema para la política exterior: las instituciones multilaterales importan más que nunca, pero son también más difíciles de crear
.