El periodista fundador del portal The Intercept, Glenn Greenwald –uno de los primeros a quienes el activista informático Julian Assange, fundador de Wikileaks, confió cables diplomáticos sustraidos de Washington y divulgados en 2011– publicó este sábado un tuit que muestra un video del intelectual estadunidense, Noam Chomsky, quien analiza el reciente arresto de Assange.

El programador australiano fue detenido el pasado 11 de abril después de estar refugiado desde 2012 en la embajada de Ecuador por temor a ser extraditado a Estados Unidos.

El gobierno del presidente ecuatoriano, Lenín Moreno le retiró la condición de asilado que le otorgó su antecesor, Rafael Correa, lo que posibilitó que Assange, evidentemente deteriorado, fuera sacado a rastras de la legación por policías y llevado a una prisión en Londres.

En su tuit, Greenwald presenta la grabación de Chomsky como una buena representación de como la izquierda internacional ha respondido al intento de extradición del fundador de Wikileaks a EU.

Assange ha hecho un servicio enorme a toda la gente en el mundo que valora la libertad y la democracia y que, por tanto, exige saber qué están haciendo los representantes a quienes ellos eligieron. Por esa misma razón, él es uno de los más peligrosos criminales sobre la faz de la tierra, perseguido ferozmente por los dirigentes de las sociedades libres y democráticas, recalca Chomsky en el video.

Existe razón, un principio básico de un gobierno que es muy bien entendido por analistas serios, como lo explicó muy claramente el profesor de ciencias del gobierno de Harvard, el distinguido científico político liberal y asesor Samuel Huntington, a quien cito: los arquitectos del poder en Washington deben crear una fuerza que se sienta, pero no pueda ser vista. El poder se conserva fuerte mientras está en la oscuridad, a plena luz del día comienza a evaporarse.

Pues bien, Julian Assange ha cometido el grave crimen de exponer el poder a la luz del sol, lo que puede causar que el poder se evapore si la población aprovecha esta oportunidad para volverse ciudadanos independientes de una nación libre, concluyó Chomsky.